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Agencias |PARÍS
Alberto Martín fue campeón júnior de Roland Garros en 1996 al vencer en la final al sueco Bjorn Rehnquist, pero ha necesitado diez años para lograr su mejor resultado en París al clasificarse ayer por primera vez para los octavos de final tras derrotar al belga Olivier Rochus después de casi cuatro horas de agotadora lucha. «Estoy muy contento después de tantas decepciones aquí», señaló Beto, que se impuso por 7-5, 4-6, 6-7 (5), 6-1 y 6-4, «porque cuando pierdes en estas pistas lo pasas muy mal. Es un torneo que lo quieres hacer bien. Ademas después de ganar el junior aquí tenía esperanzas, pero he tenido que esperar mucho tiempo para ello. Pero aquí estoy ahora y espero seguir adelante» El barcelonés confía ahora en sus armas para incluso avanzar más allá en el cuadro. Su próximo rival será un francés Julien Bennetau, de 24 años y 95 del mundo, que venció al checo Radek Stepanek, acompañante ahora de la suiza Martina Hingis, por 5-7, 7-5, 7-6 (8) y 6-3, ante el que se encuentra confiado.

«Es un gran resultado, el objetivo ahora es recuperarme bien para el próximo partido y estar bien. Contra Bennetau será un partido diferente, con características diferentes, es agresivo con gran servicio y habrá que estar fino para resolver las situaciones que se presenten», comentó. «El cuadro ha sido un poco mas benévolo que otros años», comentó 'Beto', verdugo del estadounidense Andy Roddick en primera ronda. «Pero en el partido de hoy -por ayer- ha habido de todo, físico y mental, cada punto ha sido una batalla porque los dos siempre luchamos mucho. Estoy muy orgulloso del partido porque mentalmente ha sido muy duro».

«El primer set lo ha tenido él, y en el segundo he tenido mis opciones y en el tercero he sacado dos veces para ganar pero se me ha ido. El encuentro iba cambiando y en el cuarto ha habido un pequeño cambio de dinámica que me ha dado moral para el quinto», comentó. Por lo que respecta al resto de actuaciones, las tenistas belgas Justine Henin-Hardenne y Kim Clijsters desplegaron su agresivo juego para alcanzar la cuarta ronda del Abierto de Francia, mientras la ex número uno del mundo, Martina Hingis, clasificó con facilidad a la próxima etapa. Entre los hombres, el australiano Lleyton Hewitt apareció imponente en su victoria de 7-6, 6-2 y 6-2 sobre el eslovaco Diminik Hrbaty, una actuación que el ex número uno del mundo describió como una de sus mejores sobre polvo de ladrillo. La defensora del título Henin-Hardenne mostró una gran agresividad en su victoria de 6-4 y 6-0 sobre Tathiana Garbin, vengando su derrota de segunda ronda a manos de la italiana hace dos años. Clijsters desplegó, también, un juego agresivo contra la española Anabel Medina Garrigués y finalmente su gran potencia la llevó a un triunfo de 6-3 y 6-4. Por su parte, la suiza Martina Hingis tuvo una fácil tarea frente a la poco conocida croata Ivana Lisjak al derrotarla por 6-1 y 6-1. La suiza, quien regresó a Roland Garros por primera vez desde el 2001, silenció a Lisjak, número 111 en el escalafón mundial de la WTA, en apenas 45 minutos con su segundo ace del partido. Hingis, en busca del único grand slam que se le ha negado hasta el momento, enfrentará a la israelí Sharhar Peer por un lugar en los cuartos de final. Peer se impuso a la sexta preclasificada Elena Dementieva por 6-4 y 7-5. Henin-Hardenne defendía también su corona en el 2004 cuando perdió contra Garbin, pero la quinta preclasificada estuvo en esta ocasión en fuertes y brillantes condiciones. Tras ir 4-3 en desventaja en el primer set, la belga superó a la italiana de 28 años en el segundo set con sus variantes y su mejor aprovechamiento de la cancha, sellando la victoria con una efectiva bolea de derecha. «Tengo que admitir que en el primer set pensé un poco en lo que pasó hace dos años», confesó la tenista Henin-Hardenne.