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Amador Pons|PARÍS
Si había alguna duda sobre la adaptación de Roger Federer a la tierra batida, el número uno del mundo las despejó todas ayer con una soberbia victoria ante Thomas Berdych, uno de los jugadores que más argumentos acredita en la actualidad. El jugador suizo se impuso en tres sets y avanzó hasta los cuartos de final donde le espera Mario Ancic. Nikolay Davydenko, verdugo de Carlos Moyà, superó a otro ganador de Roland Garros, Gastón Gaudio.

Roger Federer está obsesionado con completar su Grand Slam y va lanzado camino de la final de Roland Garros, el único grande que le falta. Ayer, todas las apuestas le presagiaban un partido complicado. Thomas Berdych es uno de los tenistas que más ha crecido en el circuito ATP y llegaba a los octavos de final después de haber mostrado una gran autoridad en todos sus partidos previos.

El suizo, que sabía perfectamente del nivel de su adversario, saltó a la pista dispuesto a doblagar rápidamente a Berdych y se benefició de que el checo le buscara la derecha. Federer se encontró que gran parte de las jugadas pasaban por su mejor golpe y el número uno del mundo atropelló a su rival (6-3, 6-2 y 6-3). En cuartos de final se enfrentará con Mario Ancic, que rompió los pronósticos al doblegar a Tommy Robredo por 6-4, 4-6, 2-6, 6-4 y 7-5.