Jorge Lorenzo levanta la mano izquierda y celebra su triunfo en el Gran Premio de Italia. Foto: CHRISHELGREN

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Fernando Castán|MUGELLO
El mallorquín Jorge Lorenzo (Aprilia) venció en el Gran Premio de Italia de 250 centímetros cúbicos en el circuito de Mugello y superó la crisis que ha padecido en el última mes en el que había pasado de liderar el mundial de la categoría a la quinta posición. La victoria del español no pudo ser más emotiva ni más emocionante.

Lorenzo hizo un increíble interior al sanmarinense Alex de Angelis en la última curva, Bucine, de la pista toscana para presentarse en la meta primero ante el asombro de los miles de seguidores de los pilotos transalpinos y derrotar también al líder del campeonato, el italiano Andrea Dovizioso (Honda), tercero tras De Angelis. Lorenzo no ganaba desde el Gran Premio de Qatar, cuando empalmó dos primeros puestos en España y en ese país, además de dos mejores tiempos en entrenamientos oficiales.

En Turquía todo se torció y, tras hacer la «pole», el japonés Shuhei Aoyama (Honda) le tiró en la primera curva. A partir de ahí empezó su calvario, un cuarto puesto en el Gran Premio de China y una caída en el de Francia le sumieron en una fuerte crisis, agravada en la última semana por las duras críticas y acusaciones de su padre, Chicho, a su mánager y director de equipo, Dani Amatriaín.

Ayer, Lorenzo estuvo inconmensurable. No solo hizo la «pole», sino que salió bien, lo hizo en segundo lugar tras el japonés Juki Takahasi (Honda) y por delante del italiano Roberto Locatelli (Aprilia). Tras la retirada del español Héctor Barberá (Aprilia) por un problema mecánico en la salida de la prueba, enseguida se formó un grupo de siete pilotos, Takahasi, Lorenzo, Locatelli, Dovizioso, el español Alex Debón y De Angelis, al que se le añadió el italiano Marco Simoncelli (Gilera), que pondría metros por medio respecto al resto de pilotos.