INGLATERRA: Robinson (H); Gary Neville (H), Ferdinand (H), Terry (H), Ashley Cole (H); Hargreaves (HH); Beckham (-), Lampard (H), Gerrard (H), Joe Cole (H) y Rooney (-).
Cambios: Lennon (-) por Beckham; Crouch (H) por Joe Cole y Carragher (H)por Lennon.
PORTUGAL: Ricardo (HHH); Miguel (H), Fernando Meira (H), Carvalho (HH), Nuno Valente (HH); Figo (H), Tiago (H), Petit (H), Maniche (H); Cristiano Ronaldo (HH) y Pauleta (H).
Cambios: Simao (H) por Pauleta; Hugo Viana (H) por Tiago y Postiga (H) por Figo.
Tanda de penaltis:
0-1: marca Simao, 0-1: Ricardo despeja el tiro de Lampard, 0-1: Hugo Viana al poste, 1-1: marca Hargreaves, 1-1: falla Petit, 1-1: Ricardo rechaza el tiro de Gerrard, 2-1: marca Postiga. 2-1: Carragher al larguero. 3-1: Marca Ronaldo.
Àrbitro: Horacio Elizondo (Argentina). Expulsó con roja directa a Rooney (m.61), por pisar a Tiago, en un forcejeo con el jugador portugués. Amonestó a Petit, Carvalho y Hargreaves.
Efe|GELSENKIRCHEN
La selección portuguesa, de nuevo ayudada por una tanda de penaltis frente a Inglaterra (3-1), se clasificó para las semifinales del Mundial, ronda a la que tan sólo había llegado en 1966 conducida por Eusebio.
Como dos años antes, en la Eurocopa, Inglaterra volvió a tropezar desde el punto de penalti con el equipo de Luiz Felipe Scolari, que llegó a esta instancia pese a jugar con un hombre más durante una hora, por la rigurosa expulsión de Wayne Rooney.
A Inglaterra y, sobre todo a su entrenador Sven Goran Eriksson, no le queda más que desconsuelo. Se vació, tuvo coraje, pero no acierto y despide a su entrenador, que ya tiene sustituto, sin haberle podido ganar a «Felipao» en los tres envites que tuvo.
Portugueses e ingleses ofrecieron un partido más emotivo que brillante, condicionado por el calor asfixiante que hizo en Gelsenkirchen y por las precauciones de ambos.
Como era previsible, el conjunto de Scolari notó la ausencia de Deco, porque los intentos de Figo por jugar entre líneas fueron siempre estériles. Inglaterra, mientras, fue cautiva del «plan B» de Eriksson, el que ya decidió poner en marcha contra Ecuador, que supedita la brillantez a la seguridad. Con un único punta (Wayne Rooney) y cinco hombres en el centro del campo, Owen Hargreaves, colocado por delante de la defensa, se ha convertido en la referencia del juego inglés, lo que supone una carga excesiva para el centrocampista del Bayern.
Ahogados ambos conjuntos por el calor, los portugueses fiaron sus posibilidades a la rapidez de Cristiano Ronaldo, que siempre puso en apuros a Gary Neville, y los ingleses a que algún balón llegase en condiciones a Rooney.
Diferencias
Por eso, Paul Robinson no se vio exigido más que en un disparo de Ronaldo y Ricardo Pereira no necesitó más que un par de buenas intervenciones, ante Rooney y Frank Lampard, para mantener el empate inicial hasta el segundo tiempo.
Todo cambió tras el descanso. Inglaterra, que salió del vestuario con mayor afán ofensivo, se vio golpeada por la fatalidad, cuando ya había avisado.
Primero fue la lesión de su capitán, Beckham y, a la hora, la expulsión de Rooney. Roo cayó en la trampa portuguesa y, delante del árbitro, mantuvo un forcejeo con Tiago que el luso se encargó de convertir en expulsión.
Como dos años antes, todo quedó a expensas de los penaltis, en los que Portugal fue menos mala y que gracias a los errores de Lampard, Gerrard y Carragher, entra por segunda vez en su historia en una semifinal.
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