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Carlos de Torres|LA TOUSSUIRE
Los españoles Óscar Pereiro (Illes Balears), otra vez líder, y Carlos Sastre (CSC), segundo en la general, fueron los grandes protagonistas de la etapa reina del Tour de Francia y se convirtieron en favoritos para el triunfo final a falta de cuatro etapas, en una jornada de alta montaña que se anotó de forma heroica el danés Michael Rasmussen, rematando una escapada de principio a fin.

Mientras Rasmussen (Rabobank) celebraba la victoria en solitario en la decimosexta súper etapa del Tour que cubrió los 182 kms entre Bourg D'Oisans y La Toussuire, el inédito puerto final era escenario de una batalla sin cuartel en la que Sastre estuvo magistral y logró llegar segundo y destacado a 1:41 del ganador. Mientras Pereiro buscó y encontró la tercera plaza, a 1:54, con dos segundos de adelanto sobre el australiano Cadel Evans y el alemán Andreas Kloden.

El golpe a los favoritos fue contundente, ya que Menchov perdió 3.42 y Floyd Landis, ya fuera del podio, 10.04, en una jornada muy negra para los que encabezaban el cartel de ilustres y muy brillante para el ciclismo español, que mira la posibilidad de ganar en París y tener ya un sucesor de Indurain. «Aunque hay que salvar la etapa de Morzine», puntualizó Pereiro.

La general quedó con el gallego al frente. Sastre le sigue a 1:50 y Kloden es tercero a 2:29. Además se ven como rivales a Evans, quinto a 2:56, Menchov se fue a la sexta plaza a 3:58, décimo es Haimar Zubeldia (Euskaltel), a 7:46 y Landis undécimo a 8:08.

Héroe
El héroe de la segunda etapa alpina quedó en un segundo plano entre la fiesta española, pero su jornada fue digna de enmarcar. Se despegó del pelotón junto a Valjavec (Lampre) y Casar (La Francaise) en el km 5 y conquistó el Galibier, la Croix de Fer, el Mallard y la Toussiere. Su exhibición fue portentosa para conquistar su segunda etapa en el Tour, el año pasado ganó en Mulhouse.

Rasmussen, el vigente rey de la montaña, conquistó la cima del Galibier, el techo del Tour, instalado a dos pasos del cielo, a 2.646 metros, por lo que anotó su nombre en el libro de la historia de este inmenso coloso donde el aire va faltando a medida que se suben sus 43 kms de longitud. Además, «el pollo» se embolsó los 5.000 euros del premio especial en memoria de Henri Desgrange, uno de los legendarios directores del Tour.

Un descenso de casi 40 kms con una interrupción de 5 kms en el Telegraphe y otro escollo para temblar: la Cruz de Hierro (2.067 m) de categoría especial, una pared de 22 kms al 6,9 de pendiente media que fue el lugar de la despedida de Rasmussen y sus dos compañeros de fatigas. Primer se descolgó Casar y luego Valjavec. A 10 kms de la cima el danés se quedó solo ante las paredes del coloso de Saboya, fiel a su estilo de atacar a fondo sin mirar atrás.

En el momento de hacer cumbre, desde donde se divisa el Mont Blanc, recuperó el maillot de la montaña que aún lucía David de la Fuente. A 5 minutos pasó Leipheimer y el grupo de Landis y demás favoritos a 8.30.

Quedaba el Mollard (2a) antes del ascenso final. En esta primera subida de 6 kms Zandio y Arroyo, del Illes Balears, llevaron el ritmo en el grupo de los favoritos. Pereiro ya «veía que podía ser un gran día». Todos juntos alcanzaron el alto a 7.20 de Rasmussen, que subía ligero, ajeno a todo, como ligero bajó hasta el pie del inédito La Toussuire, ya con tres puertos en el bolsillo.

El cuarto tampoco se le resistió y los 18 kms finales fueron un paseo triunfal, en un puerto exigente pero que ofrece respiro. Rasmussen, campeón del mundo de BTT en 1999, de 32 años, apretó los dientes directo hacia su segunda victoria en la grande boucle, y a fe que la mereció porque fiel a su estiló arriesgó a tope. Otro festival del Raboban, nacido para escalar, aunque en su país la cota más alta solo tiene 173 metros de altura. Por detrás se encendió la traca entre la alta jerarquía. Pereiro y Sastre mandan.