Landis, de 30 años, profesional desde hace sólo siete años merced a una particular vida en el entorno de una familia menonita, alejado del mundo exterior y convencional, logró el sueño de su vida y sucederá en el podio a su compatriota Lance Armstrong, con quien trabajó 3 años en la sombra, de gregario.
Convertido en líder en el Phonak, cumplió el pronóstico y con un tercer puesto en la contrarreloj de 57 kms disputada entre Le Creusot y Montceau les Mines, por detrás de Honchar, otra vez inmenso a sus 36 años, y del alemán Kloeden, tuvo suficiente para enjugar los 30 segundos que le llevaba Pereiro y los 18 de Sastre, el gran derrotado de la jornada al quedarse fuera del cajón.
En condiciones muy especiales, ya que deberá ser operado al final de temporada para colocarle una prótesis en la cadera, y después de caer a la undécima plaza en un día negro en La Toussuire, Landis resucitó con una etapa histórica en Morzine, en la que cimentó su éxito, donde revivió el ciclismo de las viejas leyendas. Llegará a París para llevar a Estados Unidos otro título. Será el sucesor de Armstrong.
Sergey Honchar (T-Mobile) repitió victoria contrarreloj. Se impuso, además, con solvencia, sin oposición, en plan galáctico, con un tiempo de 1h.07.45. Kloeden fue segundo, a 40 segundos; y tercero Landis, a 1.11. Pereiro peleó como un jabato, salió fuerte y se hundió al final, y fue cuarto a 2.40.
Carlos Sastre era la cara de la desolación. No encontró fuerzas para defender una plaza en el podio que se había ganado a lo largo del Tour. Llegó a 4.42 del vencedor, en el puesto número 20, lejos de la pelea, y cuarto final.
La general quedó con Landis al frente, Pereiro a 59 segundos y Kloeden a 1.29. Los tres se harán la foto triunfal en París. El ruso Menchov, ganador de la Vuelta, terminó sexto a 7.06 y otro español adornó el top ten: Haimar Zubeldia, del Euskaltel, noveno, a 12.05.
Incógnita
La etapa, aparte de despejar la incógnita del vencedor, sirvió para designar al italiano Damiano Cunego como mejor joven, maillot blanco, del Tour 2006. El «principito» del ciclismo italiano, de 24 años, superó en el pulso al alemán Marcus Fothen.
El desenlace se veía venir. Landis ya marcó el mejor tiempo (19.46) en el km 16, primera referencia del recorrido, un segundo mejor que Honchar y 10 mejor que Pereiro, que luchaba con uñas y dientes por mantener la prenda que le hizo soñar hasta la última gota de sudor que le quedaba. Sastre ya estaba a 1.05, sin encontrar el golpe de pedal.
La cruda realidad se presentó en el km 34, donde el cronómetro ya apuntaba a Landis como maillot amarillo y virtual vencedor del Tour.
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