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La Copa del Rey arranca hoy de nuevo. La competición se empezará a trazar en una regata que amenaza con convertirse en la juez de la prueba. La regata larga supone históricamente un punto de inflexión en esta prueba. Ganar esta regata de altura no asegura el triunfo, pero lo acerca. Pinchar en esta jornada, con las encalmadas de la madrugada mallorquina, supone prácticamente arrojar por la borda todas las opciones al triunfo, jugarse el todo por el todo durante el fin de semana, con la presión de la clasificación en cada maniobra.

El comité de regatas tiene tres recorridos alternativos para su disputa. Dos largos, el primero de 93,5 millas náuticas (173 Km.) con salida desde la bahía en dirección Dragonera, virada hacia Cabrera y final en cabo Blanco, a la entrada de la bahía y el segundo de 91,9 millas (170 Km.), algo similar y un recorrido corto de 78,9 millas (146 Km.) en dirección a Dragonera, virada y tramo hasta Punta Plana, con final en Cabo Blanco. En todos los recorridos habrá una puntuación intermedia en la Isla del Toro, que las embarcaciones dejarán a babor.

A pesar de la trascendencia de esta prueba, si nos ceñimos a lo ocurrido en la pasada edición, los TP 52 han demostrado que hasta el último bordo, el último metro de regata no se decide el vencedor. Cabe recordar que, pese al triunfo del «Lexus» en la regata de altura, se llegó a la última jornada con la clasificación más abierta que nunca, sólo cuatro puntos separaban a los cinco primeros. Todo un lujo que hizo que todas las miradas se centraran en esta clase: en la TP.