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Efe|SENDAI
Serbia y Montenegro, actual campeona del mundo de baloncesto, protagonizó también la segunda jornada del Mundial 2006 al volver a perder, esta vez ante la selección francesa en un apretado final. El defensor del título, que ya cayó con estrépito en el anterior Campeonato de Europa, podría dejar de serlo en la primera fase si no comienza a sumar victorias. Francia se hizo con el partido por 65-61, en el que predominaron los nefastos porcentajes de acierto en el tiro en ambos equipos y la igualdad hasta los últimos segundos donde decidió la mayor seguridad de Boris Diaw desde la línea de tiros libres. En el resto de partidos del Grupo A, Venezuela resucitó de la mano de Víctor Díaz, con cinco triples, y Richard Lugo, con sus 15 rebotes, al imponerse a una irregular Nigeria (77-84), mientras que Argentina se paseó ante Líbano (107-72).

En el Grupo B, de donde saldrán los rivales del anterior, Japón sumó ante Angola (62-87) su segunda derrota consecutiva, Alemania se impuso a Nueva Zelanda (56-80) con una discreta actuación de Nowitski (11 puntos) y España pasó como una apisonadora sobre Panamá (57-101). Brasil hizo lo mismo en el Grupo B ante la débil Qatar (66-97), con lo que se resarce del disgusto de la primera jornada de competición. Por su parte, Australia cayó ante Turquía (68-76) pese a dominar el choque durante los primeros compases del mismo y la campeona de Europa, Grecia, pudo con una desconocida Lituania (76-81), después de vivir una pesadilla desde la línea de tiros libres desde donde falló veinte lanzamientos. Así, no se puede ganar.

En el Grupo D, Puerto Rico pudo con la sorprendente Senegal (79-88), gracias en gran parte a los veintinueve puntos de Oscar Arroyo; Italia superó a Eslovenia (80-76) por primera vez desde 1997 en lo que supone un duro revés para los balcánicos, que llegaban como uno de los mejores equipos del viejo continente tras el último Eurobásket. Mientras, Estados Unidos aplastó a China (120-90) con veintiséis puntos de Dwyane Wade, frente a los veintiuno de Yao Ming. Los norteamericanos no dejan nada la improvisación.