Manzano da indicaciones a sus futbolistas, en una sesión de entrenamiento en Son Bibiloni. Foto: MONSERRAT

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Miquel Alzamora
El Real Mallorca inicia mañana ante el Recreativo de Huelva un curso emocionante y muy especial. Se trata de la décima temporada consecutiva en Primera División, la que ratifica la consolidación del equipo en la máxima categoría y donde el principal objetivo, en la misma parrilla de salida, es asegurarse la permanencia en el menor tiempo posible, es decir, evitar sufrimientos similares a los padecidos las dos últimas Ligas. Dejar de sufrir es el deseo de todos los mallorquinistas, también del grupo de jugadores que se ha unido en torno de Gregorio Manzano. Con la plantilla todavía por cerrar, el Mallorca arranca el curso habiendo soltado mucho lastre que arrastraba e la campaña pasada, y fichando a seis nuevos jugadores. Maxi López, Fernando Varela, Jordi López, Javier Dorado, Héctor Belenguer y Bosko Jankovic son la media docena de efectivos que, de momento, han llegado al ONO Estadi. Faltan dos más, un centrocampista que puede ser perfectamente Ariel Ibagaza y un delantero veloz de las características de Okubo, pero con más calidad. El anuncio de marcha de Doni ha sido un contratiempo con el que nadie contaba, pero que obliga al club ha moverse con rapidez para apuntalar el centro del campo.

El Real Mallorca arranca con las lógicas dudas de cada inicio de temporada, pero con una carga de trabajo muy importante. Los amistosos han servido para ver qué se debe mejorar y qué es lo que mejor funciona, aunque en términos generales la falta de competición y el no haber puntos en juego, impiden hacer una radiografía exacta del rendimiento que este equipo puede dar en el transcurrir del campeonato nacional.

El equipo de Manzano arranca la Liga ofreciendo un discurso futbolístico ambicioso. No se trata de un grupo que apueste por el cerrojazo ni por el maltrato del balón, más bien todo lo contrario. La plantilla da sensación de equilibrio, de bloque, de equipo en definitiva. Es un conjunto todavía por conjuntar, pero con un recorrido trazado importante. El bloque o los pasillos de seguridad y de organización están conformados por lo mejor del año pasado. Toni Prats, Nunes -aunque está lesionado para este partido- y Ballesteros en defensa, Basinas-Pereira en el círculo central y Arango junto a Víctor y Maxi arriba confeccionan una columna vertebral que desprende un buen aroma. A ellos hay que unirles futbolistas que tienen en el trabajo una arman fundamental en cualquier equipo, caso de hombres como Varela, Héctor, Fernando Navarro, Tuni y Jordi. Sobresale también la velocidad de Jonás y la ambición de Tuni y Pisculichi. En resumen, la plantilla conjunta los principales aspectos que pueden convertir a un grupo de futbolistas en un conjunto sólido y eficaz. Combina contundencia, solidez, velocidad y ritmo. También tiene gol, aunque ahí tal vez esté localizado uno de los puntos que despiertan más inquietud en el entorno. Hay un «crack», el delantero Maxi López que ha exhibido trabajo, voluntad y ganas, pero falta saber si puede ser el hombre gol de este equipo. De momento, el que más gol ha exhibido durante el verano ha sido Víctor Casadesus. De seguir así, posiblemente sea uno de los futbolistas importantes de la Liga. De hecho, en el pasado Ciutat de Palma, el triángulo formado por Pisculichi, Arango y Víctor fue el creador de numerosos problemas para la defensa milanista. Cuando el engranaje, con Maxi y el propio Tuni termine de rodar, el Mallorca tiene opciones de ser letal. En eso ha trabajado mucho Manzano todo el verano que dispone de un grupo para moverlo sobre el campo como más pueda convenirle. Tiene alternativas para jugar en rombo o más en línea, con un mediapunta y un punta, o con un enganche y dos delanteros. Sin embargo, el técnico quiere asegurarse más la posibilidad de establer variantes dependiendo de las necesidades, de ahí la petición de un ariete veloz y de un jugador cuyas características sean, por ejemplo, las que reúne Ariel Ibagaza.