El balear muestra el trofeo Naismith y su medalla.
Solicitado.Rudy Fernández es una de las estrellas de la selección española y del baloncesto mundial. En la imagen superior, firma un autógrafo a un aficionado y juega con la red (centro). En la madrileña Puerta del Sol, su dorsal número 5 brilla con luz propia junto a los de sus compañeros de vestuario.

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Con apenas veintiún años, Rodolfo Fernández Farrés (Palma de Mallorca, 1985), Rudy en el planeta baloncesto, ha entrado a formar parte de la historia del deporte español. Con un oro que convierte a España en el mejor equipo del planeta y formando parte de una generación única, la que ha devuelto el protagonismo al deporte de la canasta. El escolta mallorquín del DKV Joventut puede presumir de medalla y tiene por delante una década en la que quiere hacer más grande a la Penya y hacer realidad su gran sueño: jugar en la NBA. Pero tiene Rudy los pies en el suelo. La temporada que se avecina, con la Euroliga como estímulo, el Europeo que jugará en casa y los Juegos de Pekín son sus metas más inmediatas. Medalla en el cuello, atendió a Ultima Hora y dejó ver que esta selección va a dar mucho juego en el futuro.

-¿Qué le pasa por la cabeza a uno nada más acabar la final y verse campeón del mundo? -Una alegría inmensa, es difícil de explicar, porque te acuerdas de mucha gente y de muchas cosas. Es un momento que vale la pena vivir y disfrutar porque ganar un Mundial te puede pasar una vez en la vida.

-¿Se cree ya todo lo que le ha pasado estos días?
-Cuesta, porque ha sido algo muy importante, viendo el recibimiento de la gente de Madrid, y seguro que de todo el país. Se puede entender que hemos hecho feliz a mucha gente y eso nos enorgullece. Con 21 años, tener una medalla de oro en un Mundial es algo que no me imaginaba, pero hay que seguir trabajando día a día y con la misma mentalidad.

-¿Le sorprendió ver a miles de personas coreando sus nombres nada más aterrizar?
-Nos lo habían comentado, pero hasta que no lo vimos no lo creímos. Esperemos que este oro sirva para que el baloncesto ocupe el lugar que se merece. Pero ahora tenemos que mirar al futuro, porque tenemos varios retos que nos ilusionan. Pero vamos a disfrutar el momento, porque han sido semanas muy duras, de trabajo y entrenamiento, y aunque lo parezca, no ha sido fácil poder ganar este Mundial.

-¿Sabe que en Mallorca se le ha seguido con pasión y se le espera para compartir esa medalla?
-Seguro que sí. Allí tengo muchos amigos y hay gente que me aprecia mucho. Si este título sirve también para que el baloncesto balear crezca, más valdrá. Este fin de semana espero poder ir allí a pasar unos días con mis amigos de la infancia. Mallorca es mi tierra y siempre que puedo, me escapo. Este oro también va para ellos.

-Porque supongo que fue para su familia su primera dedicatoria...
-Ellos siempre me han apoyado y están a mi lado. Mis padres, mi hermana... Saben lo que ha costado llegar hasta aquí y se lo brindo. A ellos y a mi gente, pero también a toda la afición que nos ha seguido.

-¿Qué trascendencia va a tener este Mundial para el baloncesto español?
-Mucha, porque jamás se había llegado tan lejos y ganar un oro por delante de países como Estados Unidos, Argentina o Grecia, que es la campeona de Europa, da más valor a la medalla. Supongo que tras lo de Japón, se hablará más de baloncesto. Lo merece, porque a nivel de clubes y selecciones ha dado muchas alegrías y lo de la selección absoluta es el colofón.

-¿En qué medida le ha servido para crecer como persona y deportista la experiencia de Japón 2006?
-En todos los aspectos. Al margen del resultado, que es lo que queda para la historia, estar concentrado tantas semanas y poder jugar un Mundial con un grupo como éste te deja huella. La verdad es que son personas geniales, con un gran corazón y que como jugadores, ya han demostrado su clase con la selección y sus equipos. En lo deportivo, jugar contra los mejores del mundo, te sirve para mejorar y adquirir más experiencia en competiciones internacionales.

-¿Es el buen ambiente del vestuario uno de los secretos del éxito?
-Más que compañeros de selección, somos amigos, y eso influye. Las horas de concentración han fortalecido nuestra relación y hemos sido una piña dentro y fuera de la pista. La unión en los buenos y los malos momentos nos ha ayudado a seguir adelante con la misma ilusión. Este equipo es casi como una familia, es una piña. Da gusto estar con esta gente.


-¿Ha habido algún momento en el que viera que todo se podía torcer?
-Con la lesión de Pau (Gasol), todos nos preocupamos mucho, pero la unión entre jugadores, cuerpo técnico y todos los que estábamos allí, y la confianza que él tenía en nosotros nos hizo querer ganar para dedicárselo.

-¿Cómo definiría a Pau Gasol?
-Un líder, un jugador único y una persona con un corazón muy grande, a la que el baloncesto le debe mucho. Me ha ayudado a integrarme en el equipo y junto a él nos lo hemos pasado muy bien. Pese a ser una estrella en la NBA, en la selección es uno más y eso dice mucho de él.

-¿Y de «Pepu» Hernández, qué puede comentar?
-Que tengo mucho que agradecerle también por la confianza que en mí ha depositado y que este triunfo va también por él. Es todo un profesional y buena parte de este éxito es culpa suya. Esperemos que en el futuro siga contando conmigo.

-¿Qué les dice a los que piensan que ha sido fácil ganar el Mundial?
-No ha sido así. Nos hemos enfrentado al campeón del mundo (Serbia), el olímpico (Argentina) y el de Europa (Grecia) y les hemos ganado. Otros se han quedado por el camino y hemos sido los más regulares.

-Y ahora, el Eurobásket y los Juegos Olímpicos de Pekín...
-Jugar en Europeo en España es un aliciente más. Siendo campeones del mundo y anfitriones, estamos obligados a hacerlo bien, pero se nos va a tener más en cuenta y seremos el rival a batir. Lo de Pekín nos hace más ilusión porque después de los Juegos de Atenas, queremos hacerlo bien, pero todavía queda lejos y hay mucho trabajo por delante.

-Porque esta temporada viene cargada de alicientes.
-Al margen de la selección, con el DKV Joventut tenemos varios objetivos que me motivan. Además de tener que estar arriba, jugaremos la Euroliga y tengo ganas de debutar en la máxima competición de clubes. Después de haber llegado a semifinales en la ACB y ganar un título europeo (FIBA Eurocup), queremos consolidar el trabajo de estos años.

-¿Será el año de su salto a la NBA?
-Renuncié dos veces porque creía que no era el momento adecuado. Cuando llegue, estudiaremos la posibilidad, siempre ha sido mi sueño, aunque prefiero cumplir objetivos antes de dar un paso tan importante.

-¿Qué le desea a su hermana Marta de cara al Mundial de Brasil?
-Espero que puedan llegar muy lejos y luchar por las medallas. Me alegraría por ella y para el baloncesto femenino supondría otro estímulo.

-Gente como usted y Rafa Nadal hacen que Mallorca sea una tierra de campeones.
-Él es un deportista excepcional y me alegra que se conozca Mallorca por los éxitos de sus deportistas. Eso quiere decir que se hacen las cosas bien y espero que tenga continuidad.