Munar, Matas, Rudy y Puig observan la medalla de oro.

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Fernando Fernández
El oro ya está aquí. Rudy Fernández aprovecha las breves vacaciones antes de incorporarse a la pretemporada del DKV Joventut para descansar en Mallorca y reencontrarse con sus amigos de toda la vida. Entre ellos, Carlos San Emeterio, quien le acompañó en la audiencia de la que fue protagonista en el Consolat de Mar. Allí le aguardaban el presidente del Govern, Jaume Matas y la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar. También la consellera de Presidència, Rosa Puig, y el presidente de la Federació de Bàsquet de les Illes Balears, Jaume Estarellas. Además de un reducido grupo de aficionadas que no desaprovecharon la ocasión de obtener un autógrafo o hacerse una foto con el campeón del mundo y premio Príncipe de Asturias.

Protagonista directo de la mayor gesta que recuerda el baloncesto español, Rudy tenía claro que Mallorca, su tierra natal, debía ser una de sus primeras escalas tras el largo regreso y las largas celebraciones del oro capturado en Japón. «Quería ofrecer esta medalla a mi gente», admitía el escolta internacional, quien recibió una placa conmemorativa del encuentro con las principales autoridades de la Comunitat, a quienes mostró la preciada medalla de oro que ha revolucionado al deporte nacional. Una de las doce preseas que un mallorquín tiene el honor de lucir a su cuello.

El del Consolat será el primero de los tributos que recibirá el pequeño de la saga Fernández en la isla. Hoy será recibido en Cort (12 horas), con motivo de la presentación oficial del Trofeu Ciutat de Palma de baloncesto. Por la tarde, será la estrella de la presentación del Grupotel.com Muro (20:30). Y el domingo, asistirá al partido entre el Real Mallorca y el Deportivo de A Coruña en el ONO Estadi. Una apretada agenda en la que encontrará un hueco para estar con los suyos y recargar las pilas antes de ponerse a las órdenes de Aíto García Reneses, quien le aconsejó «que no me desmadre demasiado», comentó el tono de broma Rudy.