Miquel Vaquer y Vicenç Grande, durante su comparecencia de ayer. Foto: PERE BOTA

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Ha empezado a llover, pero se avecina tormenta. El consejo de administración del Mallorca se ha partido en dos y se dibuja con claridad un escenario es de confrontación. La operación acordeón -reducción a cero de valor de las acciones y una posterior ampliación de capital- ha fracturado a la cúpula de la SAD balear, que podría enfrentarse a su enésima crisis. La familia Asensio, que administra el segundo paquete accionarial más importante (un 20 por ciento), parece haber descartado la posibilidad de realizar una nueva inversión y estudiará emprender acciones contra la gestión de Grande. El Grupo Z argumenta que las pérdidas que ha acumulado el club durante los dos últimos ejercicios son producto de las decisiones del actual presidente y máximo accionista, que podía haber equilibrado el balance traspasando a futbolistas como Juan Arango o Leonardo Pisculichi.

La familia Asensio sabe que resultará complejo encontrar un comprador -sus títulos están valorados en casi 4 millones de euros- y la confrontación en el seno del Mallorca es evidente.

De puertas hacia fuera, el club ha decidido exhibir normalidad. Ayer se reunió el consejo de administración y se puso sobre la mesa la denominada operación acordeón. El cónclave, que apenas duró una hora, resultó estrictamente informativo, aunque los bandos quedaron perfectamente alineados. El lunes tienen que verse de nuevo las caras. Vicenç Grande, Miquel Vaquer y José Miguel García lideran la apuesta por un Mallorca deportivamente competitivo, aunque eso implique una nueva ampliación de capital. El Grupo Z aboga por una política más pragmática y austera: equilibrar las cuentas vendiendo jugadores y reprueba las últimas decisiones que ha tomado el presidente, al que veladamente acusa de haber forzado esta situación.