El consejo de administración del Real Mallorca volverá a reunirse esta tarde en las oficinas del ONO Estadi para debatir la ampliación de capital a la que se someterá la SAD isleña y abordar un capítulo decisivo para la vida del club. En el entorno rojillo reina la incertidumbre después de que a finales de la semana pasada se hiciera pública la fractura del consejo y se conociera que tanto Francisca March como el Grupo Zeta (entre ambos representan el 29,1 por ciento del accionariado) podrían renunciar a ejecutar su derecho preferencial en la suscripción de acciones, ya que no son partidarios de la gestión llevada a cabo por el presidente y máximo accionista, Vicenç Grande.
Grande se enfrenta a uno de los exámenes más complicados desde que accedió a la poltrona del ONO Estadi. En cualquier caso, el presidente se ha asegurado el apoyo de Miquel Vaquer y José Miguel García, que tienen intención de apoyar el paquete de medidas que intenta activar el presidente para equilibrar el capital de la entidad isleña. Con ese respaldo, el promotor podría aprobar sin problemas la denominada operación acordeón, aunque eso significaría avivar la crisis que estalló en el consejo de administración después de que el máximo mandatario de la SAD balear hiciera pública su intención de reducir a cero el valor de las acciones y una posterior ampliación de capital. Inicialmente, el Mallorca prevé que el nuevo valor nominal de los títulos sea de 30 euros, lo que exigirá a los accionistas una inversión importante.
La división que sufre el consejo de administración del Mallorca es evidente, aunque Grande tiene aliados para seguir adelante con su plan y ganar cualquier votación. De todas formas, el pulso que mantienen las partes enfrentadas sigue activo y ninguna de las dos parece dispuesta a ceder. Por un lado, Francisca March pretende recuperar la inversión que ha realizado durante las últimas temporadas, pero nadie está dispuesto a pagar por unas acciones cuyo valor es cero. Por otro, la familia Asensio también vela por sus intereses y busca comprador para un paquete valorado en 4 millones de euros. Todo apunta a que March y el Grupo Zeta intentarán paralizar la ampliación de capital y por el momento sus límites siguen siendo una incógnita.
El consejo de administración balear ya se reunió el pasado martes en las instalaciones del RCN Palma, aunque el cónclave sólo sirvió para que los consejeros expusieran su postura en una primera toma de contacto.
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