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Javier García Ochoa|SHANGAI
Fernando Alonso ha perdido el liderato del mundial, aunque está igualado a puntos con el alemán Michael Schumacher, tras la disputa del Gran Premio de China que ha ganado éste por delante del español, quien ha tenido que luchar contra los elementos en forma de pista, que ha pasado del mojado al casi seco en el transcurso de la carrera, y de su equipo.

Lo que se prometía un fin de semana feliz para los intereses del asturiano, tal y como habían transcurrido la jornada del sábado, en la que había logrado fácilmente el primer puesto en la formación de salida con la pista mojada, se ha convertido en una derrota, aunque sea mínima, y mantiene completamente abierto el mundial a falta de dos carreras, Japón, la semana próxima, y Brasil, dentro de tres.

El diluvio caído dos horas antes de iniciarse la carrera había dejado la pista completamente mojada y eso permitió a Fernando Alonso cobrar rápidamente una ventaja que llegó a ser de 23.6 segundos antes de que el piloto alemán de Ferrari se detuviera a repostar por primera vez en la vigésimo primera vuelta, una antes de que lo hiciera el asturiano.

Schumacher se mantenía con los neumáticos de lluvia que había montado en la salida y Alonso cambiaba los dos delanteros, que se habían deteriorado mucho. A partir de ese momento la ventaja del líder iba a comenzar a fundirse como el hielo.

La pista iba secándose por la trayectoria donde circulaban los coches y en ese tipo de asfalto los neumáticos Bridgestone del Ferrari encontraron el terreno adecuado para sacar el máximo rendimiento, mientras Fernando Alonso luchaba con sus Michelín, que iban acumulando goma y le hacía rodar cuatro segundos más lento que el alemán.

En la vuelta 28, a mitad de carrera, el italiano Giancarlo Fisichella (Renault), que había recuperado el segundo puesto tras el abandono del finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) por un problema eléctrico en el mando del acelerador, iba a actuar en contra de los intereses de Alonso y en vez de retener a Michael Schumacher y dejar que el asturiano tuviera un margen de ventaja, se situaba bajo el alerón del coche de Alonso, presionado ya por Michael Schumacher.

Como lo que le interesa a Renault es el mundial de constructores y no el de pilotos, que se llevaría Fernando Alonso a Mclaren, Fisichella, después de dos vueltas, se decidía finalmente a adelantarle y Schumacher hacía lo propio y se destacaban rápidamente del asturiano.