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DRAC INCA 83
AUTOCID FORD BURGOS 64

DRAC INCA (22+21+19+21):Ted Berry (9), Douglas Tshomba (8), Dylan Page (15), José Antonio Ferrer (10), Rob Little (16), -cinco inicial- Alberto Alzamora (0), Juanchi Cangelosi (2), Marc Blanch (14), Carlos Marotta (0), Joan Riera (7) y Quique Moraga (2).

26 de 44 en tiros de dos puntos, 7 de 28 en triples y 10 de 15 en tiros libres. 40 rebotes (29 defensivos y 11 ofensivos) y 23 faltas personales.

AUTOCID FORD BURGOS (17+10+20+17):Diego LoGrippo (10), Tony Smith (15), José Ramón Esmorís (11), Juanmi Morales (8), Carlos Matías Sandes (4), -cinco inicial- Marop Porter (11), Javier Alvarado (2), Jiri Okac (1), Steve Horton (2) y Matías Ibarra (0).

20 de 47 en tiros de dos puntos, 4 de 14 en triples y 12 de 19 en tiros libres. 34 rebotes (23 defensivos y 11 ofensivos) y 16 faltas personales.

Àrbitros:Morales y San Miguel. Eliminaron por cinco faltas personales a José Ramón Esmorís. Además, castigaron con técnica al entrenador del Drac Inca.

Cristóbal Muñoz

El Drac Inca está en racha. Los de es Raiguer sumaron su tercera victoria consecutiva a costa de un mediocre Autocid Ford Burgos (83-64) y de esta manera igualan su balance (3-3), instalándose a la par en la zona tranquila de la clasificación tras un inicio calamitoso. El cuadro mallorquín hizo valer los kilos bajo la pintura de un Rob Little excepcional, la calidad de un Dylan Page que sigue madurando en la LEB a pasos agigantados, y la batuta de Ted Berry, acompañada por el acierto anotador de un Marc Blanch que volvió a reivindicarse como uno de los hombres importantes del conjunto gualdinegro.

Comenzaron las cosas bien para el Drac, que matuvo el control sobre la situación en los primeros diez minutos de juego. El Burgos apenas lograba intimidad al Inca, que a falta de dos minutos para la concusión del primer cuarto, contaban con una renta de diez puntos a su favor (18-8), aunque una tímida reacción visitante les sirvió para maquillar el resultado que campeaba en el electrónico del Palau (22-17).

Los únicos problemas del choque comparecieron en el segundo cuarto, cuando el técnico local recibió una técnica al protestar el castigo con dos faltas sospechosas sobre Joan Riera. Por entonces, el Burgos se acercó más que nunca (24-20), pero fue un espejismo.