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Sergio Alvarez|SAO PAULO
El español Fernando Alonso (Renault) tiene cada vez más abierto el camino hacia su segundo título de campeón del mundo de Fórmula Uno, sobre todo después de que su rival, el alemán Michael Schumacher (Ferrari), no pudiera pelear por la pole position del Gran Premio de Brasil, última cita del Mundial. El brasileño Felipe Massa, compañero de equipo del germano, partirá hoy desde el primer puesto de la formación de salida, en la que Fernando Alonso, líder del Mundial con diez puntos de margen, ocupará el cuarto puesto. Schumacher empezará décimo tras retirarse de la tercera y última sesión clasificatoria por problemas mecánicos. Massa, autor de la tercera pole position de su vida -todas logradas en 2006-, estará acompañado en la primera fila por el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes).

Desde la segunda arrancarán el italiano Jarno Trulli (Toyota) y Fernando Alonso, que hoy necesita un sólo punto, siempre y cuando Schumacher gane, para obtener el título por segundo año consecutivo y convertirse en el más joven bicampeón de la historia de la Fórmula Uno. El alemán regresó a su garaje nada más comenzar la tercera y última parte de la sesión de clasificación. El siete veces campeón del mundo comenzó la parte decisiva de la clasificatoria a muy baja velocidad y enseguida se dirigió a la calle de garajes para entrar en ebox de su equipo mientras los nueve mejores restantes se jugaban la pole position. Los mecánicos detectaron un problema con el sistema que lleva el combustible al motor. La gasolina no llegaba a su objetivo por un motivo que aún desconocen. Las sospechas se centran en la presión de la bomba de la gasolina.

Los dos Ferrari dominaron con autoridad la jornada, tanto la tercera sesión libre de la mañana, como la mayor parte de la clasificatoria. Los monoplazas rojos fueron los únicos capaces de bajar de un minuto y 11 segundos y parecían encaminados a copar irremediablemente las dos primeras plazas de la parrilla del circuito José Carlos Pace, de Sao Paulo. Pero la mecánica volvió a traicionar, por segundo gran premio consecutivo, a Schumacher, que mañana necesita ganar y que Alonso no sume un solo punto para poder ganar su octavo campeonato del mundo en su último gran premio en la Fórmula Uno. Alonso durmió aun más tranquilo. Schumacher, que ya dio por perdido el título, se lo complicó ayer más por problemas ajenos al pilotaje. El alemán comenzó este año cinco veces desde posiciones retrasadas. En Malasia empezó decimocuarto y acabó sexto; en Australia arrancó desde el décimo puesto pero no pudo acabar; en Mónaco tomó la salida desde el último lugar para clasificarse quinto; en Hungría fue undécimo en la parrilla y octavo en la meta; y en China ganó la prueba después de empezar sexto.