El Drac Palma no se apiada del colista

VOLEY LLEIDA: Campillos, Solanas, Martínez, Galiano, Olivar y Peruga. Correa (líbero).

Àrbitros: Antonio Correa y Miguel Chito.

Parciales: 25-16 (20 min), 25-13 (21 min) y 25-15 (21 min).

R.D.
Se pronosticaba un partido sin demasiada historia y Drac Palma y Voley Lleida fueron fieles al guión previsto. El equipo balear pasó el rodillo y se alzó con una cómoda victoria ante el colista de la clasificación. El sexteto local evidenció su superioridad y sumó el tercer triunfo en la competición doméstica en poco más de una hora.

Marcelo Méndez volvió a alinear a su sexteto titular pese a recibir a un equipo que todavía no sabe lo que es ganar. La semana de descanso ha sentado bien al bloque mallorquín que ayer, totalmente recuperado, evidenció su enorme superioridad.

Stephane Antiga volvió a ser el jugador más destacado de un encuentro sin ningún tipo de historia y en el que sólo llamó la atención el número de errores de ambos equipos en el servicio.

El Drac Palma es superior al Voley Lleida en todas las facetas del juego y los catalanes no tardaron en entregar cada set, conscientes de que sus opciones eran prácticamente nulas. Ya mediado el segundo parcial, el técnico argentino comenzó a dar minutos a los menos habituales. Entró el central Julián García-Torres, el opuesto francés Marien Moreau y el colocador Jaime Pérez.

Pese al movimiento de piezas del equipo mallorquín, la superioridad seguía siendo la misma y los sets caían con facilidad para el conjunto local.

El Drac Palma sumaba la tercera victoria de la temporada en la Superliga Masculina y demostraba que el traspiés de Tenerife ya se ha olvidado y que en las próximas semanas tratará de seguir sumando triunfos para mantenerse en la zona alta de la tabla clasificatoria.

Los baleares no van a tener que seguir compaginando sus partidos de Superliga con los de Liga de Campeones ya que la competición europea se ha tomado un descanso y el Drac Palma podrá llegar mejor físicamente a los partidos. La derrota en Tenerife se debe en gran parte al cansancio del viaje desde Rusia, ya que los mallorquines apenas pudieron descansar.