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Fernando Fernádez
Los motores no dejan de rugir y apenas unas horas después de haber echado el cierre a la temporada 2006, la de 2007 empieza a cobrar forma con los primeros entrenamientos y trabajos de los equipos para lograr las mejores prestaciones de sus máquinas. MotoGP es quien más madruga, pero una vez que Jorge Lorenzo acabe con su dilatada agenda de compromisos y homenajes, se pondrá las pilas para, de la mano de Aprilia y de su equipo, empezar a diseñar el ingenio perfecto que permita al mallorquín iniciar la defensa de su título mundial de 250 centímetros cúbicos e intentar renovar la corona, aunque no será un reto fácil. Andrea Dovizioso renovó por Honda y el fabricante japonés le ha prometido una moto a la altura del desafío. Héctor Barberá, lvaro Bautista, que sube desde 125, y se espera que Hiroshi Aoyama, están llamados a ser sus principales obstáculos.

No será hasta el 10 de marzo cuando vuelva a ponerse en marcha la maquinaria del Campeonato del Mundo. Antes, los entrenamientos privados y los Tests IRTA empezarán a hacer la primera selección natural de candidatos y nos permitirán conocer la evolución de las motos tras un largo invierno de estudio y trabajo de factoría. La Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y Dorna han diseñado un calendario plagado de novedades. La primera y más llamativa llega en la manga inaugural, que traslada la atención desde Jerez hasta Qatar. En el circuito de Losail, la temperatura y el clima acompañan más que en Europa y por ello, los IRTA y la carrera inaugural aterrizan en pleno desierto qatarí. Será, como suele ser habitual, en sábado (10 de marzo).

Con un título en su palmarés, la presión será menor, y si a ello se une la madurez que ha adquirido Jorge a lo largo de una campaña plagada de momentos duros y alegrías, las sensaciones en el grupo dirigido por Dani Amatriaín no pueden ser mejores. Lorenzo y su entorno optaron por renovar una temporada más con Aprilia y seguir en 250 gracias a la insistencia de la marca y a la idea de seguir acumulando experiencia. Con poco más de 19 años, su salto a MotoGP parecía demasiado arriesgado, pese a haber tenido tiempo atgrás ofertas y manejar algunas de las principales marcas de cara a 2007, una temporada en la que las vacantes en la cilindrada reina van a ser importantes, con lo que parecía más asequible poder acceder. Pero Lorenzo tuvo claro que quería prorrogar su estancia en 250, junto a una fábrica que le convertirá en su piloto de referencia y opciones de obtener un nuevo entorchado. Además, la ilusión de poder lucir el número 1 en su carenado era otro aliciente añadido para no subir de cilindrada.