El tenista mallorquín Rafael Nadal celebra un punto en una secuencia del partido de ayer ante Tommy Robredo.

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Primera misión cumplida. No fue el mejor partido de su carrera, pero Rafael Nadal firmó su primer triunfo en la Copa Masters de Shanghai. Después de su salida en falso, el tenista mallorquín se impuso por 7-6 y 6-2 a Tommy Robredo y dio un importante paso hacia las semifinales. El jugador balear se jugará mañana el pasaporte para la penúltima ronda con Nikolay Davydenko. James Blake ya está clasificado y el catalán ya está eliminado. Rafael Nadal estaba convencido de que las victorias comenzarían a llegar en cualquier momento. Había estado entrenando en las últimas semanas con mucha intensidad y ayer comenzaron a dar frutos los esfuerzos en las sesiones preparatorias. Pudiendo sacar a su velocidad habitual -más fuerte que contra Blake-, el mallorquín se adueñó de la pista con una derecha impresionante. Un gran aval que espera que le dé el pase para las semifinales.

Empezaban los mejores momentos de Nadal. El mallorquín dominaba el encuentro con su derecha y su tiro paralelo era como una apisonadora en la defensa de Robredo. El mallorquín disfrutó en este juego de dos oportunidades de break, pero no pudo convertir ninguna (4-5). Con las hostilidades de ambos en cuarentena, el partido caminó hacia el tie break (6-6). Y en la muerte súbita, la suerte que reclamaba Nadal tras el partido ante Blake apareció. Una pelota de Robredo que tocó la cinta y se fue fuera, y otra igual del balear que tocó la cinta y entró, permitieron a Rafael distanciarse con un claro 4-0. El tie break estaba decidido y Nadal lo cerró con un impresionante passing de derecha paralelo (7-2).

Rafael Nadal firmó una gran progresión durante el encuentro de ayer. Fue de menos a más. Y es que hubo ciertos momentos de incertidumbre. Porque el encuentro comenzó con un Robredo ganando con autoridad su primer servicio (0-1) y el mallorquín empezaba el duelo sirviendo con cautela. Su segundo servicio sólo viajaba a 140 km/h y el catalán disfrutó de una pelota de break. Tras salvarla con una gran derecha, el árbitro le metió un poco más de presión al balear al señalarle una advertencia por pérdida de tiempo. Nadal se sobrepuso a todo y logró sacar el juego adelante (1-1) lanzando su último segundo saque a 172 km/h. Daba la impresión de que Rafael Nadal cada vez ponía en más aprietos a Robredo al resto y de que ganaba sus saques con mayor autoridad (2-3), cuando en el sexto juego el catalán se colocó con un preocupante 0-40 al resto. El balear salvó la primera pelota de break, pero entregó el juego en la segunda ya que no pudo devolver un gran resto de derecha de Robredo (2-4). No hay mejor receta para sobreponerse a un break que romper al juego siguiente. Y es lo que hizo Rafael Nadal. Le pagó con la misma moneda -se puso 0-40- y en la segunda oportunidad logró la rotura (3-4). Con mayor confianza, el manacorí lanzó su primer saque por encima de los 200 km/h y equilibró el partido (4-4).