Leonardo Pisculichi, en una imagen captada durante una entrevista. El centrocampista observa con reticencia su traspaso al club de Qatar. Foto: TERESA AYUGA

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Miquel Alzamora
Leonardo Pisculichi empieza a vivir una situación incómoda. El Real Mallorca y el Al-Arabi de Qatar han alcanzado ya un acuerdo para hacer efectivo el traspaso del futbolista argentino, pero por ahora los agentes del centrocampista no han concretado el contrato del futbolista y, al cierre de esta edición, las negociaciones estaban en punto muerto y prácticamente rotas. Durante toda la tarde el diálogo entre los representantes de Pisculichi y los directivos del club árabe se sucedieron de forma constante, pero nunca se llegó a lograr la fumata blanca que desbloqueara la operación.

El jugador continúa pendiente de noticias y ayer no entrenó con el resto de sus compañeros. Manzano no cuenta con él y, por precaución, no se ejercitará con normalidad hasta que la situación esté resuelta. Evidentemente si el traspaso se concreta, el jugador se marchará pero durante todo el período que duren las negociaciones el futbolista evitará entrenar como hasta ahora para evitar una posible lesión que impida cristalizar el traspaso.

Ayer el jugador se vistió de corto por la mañana, pero se dirigió al gimnasio y no al terreno de juego donde el resto del equipo preparó con intensidad el partido del próximo domingo en Tarragona. Pisculichi, pese a ser un claro protagonista en esta historia, está al margen de lo que pueda suceder y deja toda la negociación en manos de sus agentes.