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Fernando Fernández
La Copa pasa por una victoria. Esa es la palabra clave que circula por el vestuario del Palma Aqua Mágica, que mañana vivirá un partido grande en su centro de operaciones (20:30 horas). Todo un campeón de la ACB y la Copa del Rey como el Ricoh Manresa pondrá a prueba la capacidad de recuperación del cuadro de Jareño, que no puede permitirse otro tropiezo, y menos en Son Moix, si no quiere que la cita de Melilla pase por una carambola o una serie de resultados que hagan mirar hacia terceros implicados. El preparador madrileño sigue disfrutando de la bonanza que vive la enfermería y por tercera semana en toda la temporada dispone de todos sus efectivos para encarar el choque ante los de Óscar Quintana.

Apenas una victoria (7-5 por 6-6) separa a Palma y Manresa, pero los de Ciutat caen al quinto puesto y, si acabara la primera vuelta ahora, no tomarían parte en la Copa. Cantabria (10-2) y León (9-3) cuentan con un importante colchón y Drac Inca y Melilla (el organizador) meten presión al resto de implicados en una lucha que reduce el botín a una plaza con hasta nueve pretendientes. Y es que en una franja de un triunfo, se puede pasar de la tercera a la undécima plaza. Drac Inca, Palma Aqua Mágica, Los Barrios, Manresa, La Palma, Hospitalet, Ciudad de Huelva y CAI Zaragoza dan forma a un pelotón en el que hay muchas cosas en juego. Un paso atrás, Lleida, Breogán y Tenerife aguardan un mejor momento para insertarse ya en la lucha por las series de ascenso, aunque matemáticamente, la Copa también es posible para ellos a cinco jornadas para el cierre de la primera vuelta de la LEB.

Y para no perder ni el tren ni el ritmo de los mejores, el Aqua Mágica está obligado a recuperar su racha ganadora y no encadenar una similar a la peor de la temporada. Tendrán los de Jareño cuarenta minutos para convencer a su hinchada de que el bajón de los dos primeros cuartos en Lleida es un mero espejismo y de que la imagen ofrecida frente al Drac en el derbi, se asemeja a la que persiguen técnico y jugadores. La recuperación del mejor Battle -desconocido en Lleida- y la aparición en escena de la versión más solvente de Danny Lewis deben complementar los buenos números de los Tutt, Ramos, Sala o un Massie que con su rango de MVP calló muchas bocas. No será un escollo fácil el Ricoh Manresa de Óscar Quintana. Diseñado para regresar a la ACB de la que le apartó el Menorca en un fatídico último partido, el cuadro catalán acumula en sus filas experiencia, calidad y compromiso con el proyecto. El menorquín Sergi Llull, una de las joyas de su cantera, pone el acento balear al grupo de Quintana, en el que Rafa Martínez, Josh Asselin, Diego Sánchez, Óscar González, Miguel Feliu y el incombustible Richard Scott dotan de solvencia a un plantel que tiene una única meta. Y ésta no es otra que impedir que la historia se repita y se recuperen las credenciales ACB a finales de esta campaña. Su último y único paso por la LEB se limita a dos temporadas (2000/01 y 2001/02), con Salva Madonado al frente y dos proyectos ganadores que ofrecieron distintas prestaciones.