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Cuando los ecos por el fallecimientos del pequeño Lucas De las Heras todavía resonaban en todas las tertulias, el mallorquinismo entró de nuevo en estado de shock el pasado martes. La muerte de Tomeu Serra, alma mater de la cantera, provocó otro socavón anímico en el club balear. Con Lucas y Tomeu apoyando desde el cielo, el Real Mallorca tratará de no defraudarles, de brindarles hoy (17.00 horas, ONO Estadi) un triunfo necesario para confirmar los progresos, taponar la hemorragia local e hilvanar la segunda victoria consecutiva por primera vez en el presente torneo.

De hecho, la grada no vibra con una victoria isleña desde hace más de dos meses, cuando tumbó al Espanyol gracias a un gol del argentino Maxi López. Desde entonces, dos empates y dos derrotas, una racha nefasta que ha quedado amortiguada por la notable tarjeta que presentan las huestes de Manzano a domicilio.

Hoy, en el ONO Estadi, tendrá enfrente al visitante más peligroso. Racano en Balaídos, el Celta se transforma cuando pasea su traje lejos de Galicia. Como forastero, el grupo dirigido por Fernando Vázquez se ha apuntado victorias de postín. El Bernabéu, San Mamés, Riazor y Nou Estadi han sido víctimas de la foracidad visitante del Celta, que también viaja a velocidad de crucero en Europa y que cuenta con un grupo cargado de talento. Además, en las últimas campañas le tiene tomada la medida al equipo isleño, que sólo ha podido tumbarle en dos de sus ocho últimos enfrentamientos.