PAMESA VALENCIA (15+11+23+22): Oliver (20), Douglas (8), Stefansson (5), Mujezinovic (0), Chiacig (9) -cinco titular- Avdalovic (19), Timinskas (8), Luengo (0) y Garcés (2).
VIVEMENORCA (15+15+23+15): Rodríguez (4) Yáñez (12), Stojic (4), Moss (4), Clancy (12) -cinco titular- Brown (12), Bazdaric (14), Ivanov (6), Maravic (0) y Llorens (0).
Àrbitros: Perea, Ferández y Cortés. Eliminaron por faltas personales a los locales Douglas (m.38).
Efe|VALENCIA
Albert Oliver rescató ayer al Pamesa Valencia de la mediocridad en la que ha caído su juego y le condujo a la victoria en un pésimo partido, en el que paradójicamente fue el verdugo de Ricard Casas, que este verano le fichó para el conjunto valenciano y ahora es el técnico de un ViveMenorca, que luchó con las pocas armas que tiene, pero que no obtuvo recompensa.
Las imprecisiones de ambos equipos marcaron el inicio del choque y dieron un inmerecido lustre a unas defensas más que discretas. La salida de Vule Avdalovic animó el ataque local, aunque sólo con acciones individuales. La inspiración ofensiva de Nacho Yáñez bastó al Menorca para no perder comba. De hecho, el conjunto balear se hizo dueño del choque. En ataque, le bastó la agilidad de Brown para sumar (15-24, m.14).
Para frenar el descalabro, los locales no encontraron otra arma que imitar la defensa zonal rival. Después, aprovecharon los centímetros de Chiacig, que pese a su lentitud se convirtió en un serio problema para el Menorca. Hasta el descanso, el encuentro se convirtió en un carrusel de pérdidas de balón y lanzamientos fallados.
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