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Manzano no quiere ni oír la palabra crisis. La coraza del técnico está soportando una de las peores series de resultados de toda la temporada, pero su moral todavía no se ha resentido y aguanta el chaparrón con una gran entereza. El colchón de puntos que fue adquiriendo el equipo en los primeros capítulos del campeonato ha amortiguado hasta el momento las numerosas caídas del grupo y le ha restado presión a lo largo de su rutina diaria, aunque el crédito actual es insuficiente. Las alarmas están encendidas y el equipo bajo sospecha. Sin embargo, el técnico no quiere que una mala racha le arruine casi medio año de trabajo o altere unas coordenadas que el plantel había mentalizado. El jienense salió ayer en defensa del colectivo y pese a reconocer el déficit existente, subrayó que el panorama no es tan desolador como parece: «La exigencia deber ser nuestra, aunque todos deberíamos recordar que tampoco vivimos una situación tan dramática», argumenta.

«Las sensaciones son de tristeza y la verdad es que entre los jugadores no hay caras sonrientes», explica el preparador mallorquinista. «Es lógico después de perder y más cuando el partido está tan reciente, ya que la gente sigue caliente. Supongo que poco a poco se tranquilizarán y que mañana (hoy para el lector) estarán centrados en el partido contra el Valencia. De momento estamos todos un poco tristones. Estamos a siete puntos y mi rebeldía es que la gente mire hacia arriba, aunque al final me van a hacer mirar hacia abajo. Estoy hay que analizarlo en su globalidad y espero que saquemos conclusiones para volver pronto a la senda anterior.

Manzano no quiso concederle demasiada importancia a la pañolada con la que fue despedido el equipo tras caer ante el Racing y justificó las protestas de los aficionados basándose en la pésima imagen ofrecida: «Cada público tiene su forma de pensar y su manera de ser. El nuestro en este caso es muy bueno, pero tampoco le hemos dado tanto como para que ahora tengamos que exigirles. Estamos bien, alejados del peligro y nuestra sensación es que con una victoria ante Celta o Racing hubiéramos llegado a la veintena de puntos y estaríamos tranquilos. Hay que trabajar para pensar en el Valencia y ¿por qué no ganar? Nos hace falta», añade. «De momento, estoy haciendo mi trabajo para conseguir el objetivo marcado. El discurso no ha variado, aunque es verdad que tenemos que mejorar nuestro juego y evitar los nervios en situaciones determinadas porque lo habíamos hecho muy bien en la primera fase del campeonato».