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Son los mejores pagados de la plantilla. Los elegidos por el club en los albores del torneo para marcar la pauta. Uno representa el orden táctico, el otro el talento y el tercero el gol. Al menos, con esos avales en su hoja de servicios firmaron sus jugosos contratos. Superado el primer tercio de campeonato, ninguno de ellos justifica su elevada nómina. Agazapados en algún rincón del vestuario, con su fútbol escondido en el fondo del armario, Maxi López, Juan Arango y Angelos Basinas encabezan la lista de decepciones de este proyecto 06-07. Incapaces de imponer su jerarquía, de lucir galones sobre el terreno de juego, su bajo rendimiento tiene una relación directa con el laberinto en el que está inmerso el Mallorca en el tramo final de la primera vuelta. Basinas se ha diluido, Arango deambula por el campo y Maxi López es tan prescindible como en el Barça y comienza a acostumbrarse a las galeras.

Basinas disputó un total de catorce encuentros desde su incorporación al Real Mallorca y no sólo convenció a los técnicos por sus buenas prestaciones sobre el césped, sino que también se ganó el cariño de la grada merced a su capacidad de sacrificio y gracias a las dotes de mando que dejó patentes en todas sus actuaciones. Tras esa extraordinaria recta final, el club se volcó en su renovación y le convenció con la tercera ficha más alta del vestuario. Basinas arrancó el campeonato como titular. Ni siquiera las incorporaciones de Jordi López o Ariel Ibagaza alteraron su status dentro del vestuario y Manzano apostó por él desde el primer día. A pesar de esa confianza, el centrocampista heleno no ha mostrado ninguna de las virtudes que explotó el curso pasado. Lento en la circulación, apagado en el juego subterráneo, Manzano le castigó con la suplencia en la tercera jornada para dar entrada a Ibagaza. Incluso se ha quedado en el banquillo en algún encuentro. En Getafe y Tarragona, por ejemplo.

El caso de Angelos Basinas ha sorprendido al propio club. Después de unas duras negociaciones, que se cerraron a comienzos del mes de junio, el centrocampista griego renovó su contrato por dos temporadas más. La continuidad de Basinas era una de las prioridades de Gregorio Manzano. El heleno, que recaló en la Isla en el mercado de invierno de la pasada campaña, hace exactamente un año, se erigió en titular indiscutible tanto para Héctor Raúl Cúper como para Gregorio Manzano, que le confiaron el timón del centro del campo. El internacional griego llegó a Palma sin equipo después de que abandonara el Panathinaikos después de diez temporadas vinculado a la emblemática entidad ateniense y se reivindicó como uno de los artífices de la resurreción mallorquinista en el tramo final de la temporada.