La plantilla del Real Mallorca 2006-07 se realizó ayer la habitual fotografía con los nuevos trajes de Uomo realizados por la firma Caramelo.

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El partido que abrocha el 2006 merece un último esfuerzo. Después del batacazo del sábado ante el Racing y situarse de nuevo a unos metros del precipicio, el Mallorca vuelve a precisar una inyección de optimismo para seguir trepando y se ha propuesto conseguirla a costa de un rival de enjundia y en su estadio maldito. (Mestalla, PPV, 21.00 horas). El hecho de no haber ganado nunca en la capital del Turia alimenta aún más la trascedencia de una cita de referencia, pero son sólo elementos superficiales destinados a adornar el epílogo del año. Lo verdaderamente importante es que el Mallorca acude a Valencia con la luz de alarma encendida y que está obligado a desactivarla para mejorar su calidad de vida durante el parón navideño. Por imposición del calendario, tendrá que hacerlo en uno de los estadios que más le intimidan de toda la Liga española y ante uno de los equipos más poderosos que circulan por el campeonato. El técnico de Bailén ha anunciado que sus jugadores se aplicarían las pinturas de guerra para alterar una dinámica deficiente, pero da la sensación de que va a hacer falta algo más que buenas intenciones para arrancarle algo positivo a la cita.

Llega el Mallorca al encuentro algo debilitado por el último bofetón recibido, pero se niega a girarle la cara al torneo porque es consciente de que dos buenos resultados revalorizarían sus opciones para escapar del laberinto. La primera oportunidad para apagar el fuego la tendrá frente al grupo de Quique Flores, aunque sobre el papel resulta excesivamente complicado emitir un pronóstico. El Mallorca vuelve a colocarse sobre la línea de salida con los efectivos habituales y con la necesidad de reordenar un equipo base que se ha convertido en uno de los principales focos de infección del equipo debido a los movimientos que acarrea. En esta ocasión, Manzano recupera a Maxi López -se perdió el partido ante el Racing por sanción- y se deja en tierra a Kome, Ramis y el añorado Ariel Ibagaza, que sigue en la enfermería. Con estos mimbres, el preparador balear podría barajar de nuevo las cartas.

Prats viajó con unas molestias en el cuádriceps, pero estará bajo los palos. Con Varela desterrado a las galeras, el carril derecho parece ser propiedad de Héctor, que se las verá con Vicente. Junto a él se ubicarán los centrales Nunes y Ballesteros, que cotizan a la baja tras un inicio de torneo extraordinario, con Fernando Navarro en la orilla izquierda. El catalán tendrá un hueso duro de roer. Por su carril se moverá Joaquín o Silva... La duda está en quienes serán los directores de juego, aunque todo hace indicar que Manzano no variará la propuesta de la última cita y que repetirá con Basinas y Jordi López, aunque el Guille Pereyra también goza de opciones. El dominio de la zona ancha se antoja fundamental para sujetar la contienda. Con el dúo Baraja-Albelda funcionando a pleno rendimiento, el Valencia ha recobrado la marcha después de unas jornadas de erupciones constantes.