El internacional venezolano Juan Arango, antes de un entrenamiento, en una imagen captada en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio.Foto: MONSERRAT

TW
0

Fernando Fernández
Inmerso en una dinámica preocupante, el Real Mallorca afronta un mes de enero clave para su futuro más inmediato. Sus urgencias ligueras hallarán complemento en una Copa del Rey que sigue siendo uno de los objetivos marcados en rojo en la agenda de la SAD balear, tal y como su presidente, Vicenç Grande, exclamó durante la presentación del nuevo proyecto. Ambas competiciones pondrán a prueba la capacidad de reacción de un equipo que atraviesa su peor momento del curso (tres derrotas ante Osasuna, Racing y Valencia) y no puede ceder más terreno en plena reacción de los inquilinos de la zona de descenso, de la que se encuentra a cuatro puntos. Con la renovación bajo el brazo, Manzano y sus hombres regresarán al trabajo el viernes, conscientes de que el mes que se avecina tras el parón navideño promete emociones fuertes y va a resultar exigente por partida triple. Por la entidad de los rivales, las estrecheces del calendario (seis partidos, que podrían ser siete si pasan ronda en la Copa) y las constantes vitales de un equipo sin pegada en ataque y endeble en su retaguardia.

Después de haber cerrado la continuidad, al menos hasta junio de 2008, de Gregorio Manzano, circunstancia pendiente todavía de la firma, la labor de la entidad se concentra en manos de la secretaría técnica. Nando Pons sondea el fútbol sudamericano a la caza de un refuerzo que dote de mayor solvencia a un equipo que para la cuesta de enero espera poder recuperar al mejor Ariel Ibagaza. El mediapunta argentino acelera su puesta a punto tras una grave lesión muscular (isquitibiales) y tras las vacaciones podría volver a trabajar con el grupo. Su visión de juego y presencia sobre el césped están llamados a ser claves para la recuperación de un Real Mallorca que echa de menos la creatividad de uno de los puntales del proyecto. No en vano, la entidad de los oponentes que se avecinan invitan a contar con un plus sobre el césped que podría llegar de la mano de un Ibagaza cuya ausencia coincide con el bache más acentuado del once mallorquinista.

El primer obstáculo se presenta, en un principio, como el más asequible echando un vistazo a la clasificación. Pero el Athletic de Bilbao que visite el ONO Estadi (7 de enero) ha cambiado respecto al que cayó en la prórroga en la Copa del Rey. La llegada a su banquillo de «Mané» ha invertido el sino de un bloque acostumbrado en los últimos meses a pujar por la salvación. Dos puntos les separan en la tabla y un triunfo mallorquinista supondría un importante balón de oxígeno de cara a dos semanas de vértigo. Y es que la semana tendrá continuidad con el partido de ida de octavos de final de la Copa. El Mallorca recibe al Deportivo (miércoles 10, 20 horas) con la intención de encarrilar el cruce y sacar partido de la crisis en la que habitan los de Caparrós. Y apenas cuatro días después, toca visitar el Sánchez Pizjuán. Y con ello, al mejor equipo del mundo en 2006, a un Sevilla intratable y que aspira a algo más que Europa. Toda una papeleta días antes de viajar a Coruña (17 de enero) para zanjar el cruce con deDépor. Tras ello, todo un Real Madrid pasará por el ONO Estadi. Otro examen de entidad para un Mallorca cargado de minutos en sus piernas y que cerrará la primera vuelta ante los blancos, para dar paso sin apenas respiro al arranque de la segunda, otra vez en Ciutat, y frente a un Recreativo convertido en la sensación de la Liga (7º, 25 puntos). Si se elimina al Deportivo, la ida de cuartos de final esperaría el 31 de enero, como colofón a cuatro semanas de infarto.