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Tolo Jaume
Muy dolido pero con la confianza absoluta en el trabajo de los suyos. Así abandonó Vicenç Grande el palco del ONO Estadi. El presidente del Real Mallorca confesó a IB3 Ràdio el jarro de agua fría que suponía caer 1-2 en la ida de los octavos de la Copa y reiteró su disposición a tomar las medidas necesarias para modificar la trayectoria del grupo que entrena Gregorio Manzano.

La carrera contra el crono en la búsqueda de soluciones ha empezado y el máximo responsable de la SAD balear analiza que «cuando se pierde sólo se piensa en los fichajes, pero hay que mantener la cabeza fría y hacer lo mejor para el club. Nadie quiere perder, pero a veces vienen estas rachas y a ver si tenemos suerte». Además, también añadió que «siempre se pueden hacer cosas y haremos lo que tengamos que hacer. Estamos acostumbrados a vivir circunstancias difíciles, pero faltan 21 jornadas y ya nos ven en Segunda. Me cuesta ser positivo, pero hay que quitarse esta negatividad y hacer lo máximo que podamos».

La afición mallorquinista no dudó en dejar patente el malestar por el juego y la actitud del equipo bermellón y al respecto Grande opinó que «a mí después de perder así me duele todo. Lo ideal es que la afición apoyase, pero la entiendo, porque un 0-2 cuando parecía que nos podíamos ilusionar... si fuese aficionado también estaría enfadado, mi cargo es desagradecido porque cuando las cosas van bien los jugadores y los entrenadores son los buenos y cuando las cosas van mal soy el malo, pero lo asumo e intento hacer las cosas lo mejor que sé».

Sobre sus sensaciones el presidente mallorquinista aseguró que «no estoy nervioso aunque es como si me hubieran tirado catorce cubos de agua fría encima». Al mismo tiempo, mantiene intacta la fe en su entrenador: «La confianza en Gregorio Manzano es absoluta y si no creemos en nuestro entrenador y jugadores estamos arreglados». Grande también argumentó «que hay equipos que estuvieron en una situación muy similar como los ejemplos del Espanyol, Levante, Osasuna o Espanyol que salieron de los puestos de peligro sin cambiar de entrenador».

Por su parte, Miquel Àngel Moyà destacó que «el gol de Maxi nos mantiene vivos y con la igualdad que hay en la Liga no es para nada imposible que ganemos en Riazor». El meta de Binissalem, que no estuvo acertado en el primer tanto visitante, explicó que «vi a Ballesteros y Taborda y pensé que lo mejor era despejar con tan mala suerte que ha rebotado en su cabeza. Venirse abajo no sería de jugadores valientes y por una jugada desafortunada no te puedes desmoralizar». Sobre los pitos de la grada comentó que «cuando tu afición te pita sabe mal, pero ellos son los que tienen más derecho que nadie. Somos los únicos que podemos callar bocas e intentaremos conseguir un resultado positivo para darle la vuelta a la situación».