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El Mallorca pasa la gran reválida. Y lo hace a lo grande. En una cita cargada de luces. Nada menos que ante el Real Madrid. Más terrenal, con más obreros que artistas, pero el Madrid al fin y al cabo que regresa al origen del caos. Hace once meses, la derrota en el ONO Estadi propició la caída deFloren Team. Casi un año después, el Mallorca examinará de nuevo la salud de un equipo que vive en permanente estado de nervios. Llega con su nuevo proyecto en entredicho, con el presidente y su entrenador cuestionados, y sin galácticos en el vestuario. (21.00 horas, ONO Estadi, Canal +). El Mallorca se ha obsesionado con jugar un partido sin mácula. Amparado en la reacción de la pasada jornada en el Pizjuán, el mallorquinismo mira sin pudor al Real Madrid más terrenal de los últimos tiempos. A pesar de las ausencias, la presencia blanca excita al entorno. A la plantilla, a los técnicos, a la planta noble y a su afición. Aunque quizás no se cuelgue el cartel de no hay billetes, la mejor entrada de la temporada está asegurada. Se prevé que entre 21.000 y 22.000 aficionados acudan hoy al estadio del Camí dels Reis con la intención de finiquitar la primera vuelta con un triunfo en caso, un hito que no sucede desde hace casi cuatro meses. La victoria ante el Espanyol (1-0) es la única alegría bermellona en su estadio.

Manzano tiene al Madrid en su punto de mira. El entrenador bermelllón quiere prolongar la tendencia alcista de su equipo y sabe que una victoria antes los blancos sería suficiente para disparar las expectativas de una plantilla que hasta hace poco estaba en ruinas. Manzano se ha apoyado en el resultado del Pizjuán a la hora de oxigenar el ambiente que se respira en la Ciudad Deportiva. El Mallorca ha decidido aferrarse a un par de buenas noticias para creer en un imposible. No será fácil tumbar a un Madrid que ha cambiado de estilo desde la irrupción en el once de los argentinos Gago e Higuaín. El pivote, un clon de Redondo. El delantero, un tipo Etoo por su capacidad de sacrificio, su movilidad y sus desmarques.

Hace un par de semanas, el Mallorca hubiera encarado el encuentro cargado de dudas. Pero la bocanada de aire fresco que se ha colado en la caseta invita al optimismo. El bloque isleño llega a la cita con las secuelas de las últimas batallas. Manzano deberá improvisar un nuevo once por las bajas de Ballesteros, sancionado, y Tristán, lesionado. Una de las dudas estriba en el eje de la zaga. La ausencia del valenciano le abre las puertas a Ramis...o a Héctor, que se ubicaría junto a Nunes para dejar libre el carril para Varela. Este retoque propiciaría la entrada de Bosko Jankovic al once. El resto del equipo será un calco al que saltó en Sevilla. Así, Miquel Angel Moyà se situará bajo los palos, con Varela, Héctor, Nunes y Fernando Navarro en defensa; Jankovic y Jonás en las orillas, con Basinas y Jordi López en la sala de máquinas, Ibagaza en la mediapunta y Maxi López en ataque. El punta argentino atraviesa por su mejor momento y busca un gol ante el Barça para multiplicar su efecto.