Manzano enseña el camino a seguir. Foto: MONSERRAT

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Miquel Alzamora
El Real Mallorca persigue ante el Zaragoza una victoria que permita al grupo de Manzano aumentar su autoestima en casa y, lo más importante, la media de puntos. Otro fin de semana más el equipo rojillo afronta un partido de esos que pueden permitirle dar un salto mínimo de calidad y, sobre todo, seguir marcando terreno y diferencias frente a equipos que van hundiéndose poco a poco en la tabla, pero que en cualquier momento tienen todavía tiempo para reaccionar.

Tres puntos frente al Zaragoza darían confianza a un equipo que sólo lleva dos victorias en el ONO Estadi y cuya principal obsesión, desde el inicio de campeonato, es asegurar la permanencia cuanto antes. Sin embargo, el plan previsto cuesta mucho ponerlo en práctica, situación que ha obligado a Manzano a buscar soluciones aunque sea planteando medidas impopulares y hasta cierto punto incomprensibles como la ausencia de Bosko Jankovic del once titular. Frente al cuadro aragonés, el Mallorca perfila una idea futbolística calcada a la de los últimos encuentros ligueros.

Con la presencia de nuevo de Ballesteros en detrimento de Ramis, que se queda fuera de la lista, al igual que Tristán, el equipo tiene esta tarde un compromiso complejo. El Zaragoza es uno de los equipos de moda de Primera y ha buscado acomodo en los puestos de privilegio. El Mallorca deberá buscar inspiración casi divina para frenar los impulsos ofensivos de Sergio García y Diego Milito, así como desmontar el organizado centro del campo rival.