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Fernando Fernández
Vicenç Reynés (Illes Balears) se ha hecho más grande en casa, ante los suyos, y brindando toda una lección de entrega en un esprint que su José Joaquín Rojas creyó suyo, pero que la constancia y la última pedalada de calidad del profesional de Deià hizo que la alegría se mudara hasta Deià. La foto finish no dejaba lugar a las dudas y el mallorquín volvía a subir a lo más alto después de aquella tarde del 9 de marzo de 2005, cuando lograba imponerse, también en una llegada en masa, en la tercera etapa de la París-Niza (Thiers-Craponne sur Arzon). Vicenç se lo merecía. No tuvo fortuna en sus últimas incursiones en su especialidad y el domingo logró colarse entre los mejores y acabó noveno. Todo un aviso de las intenciones del corredor mallorquín, que obtiene de esta manera el segundo triunfo de etapa de un ciclista isleño en la Challenge. Toni Colom estrenó el palmarés en Palmanova (2005) y ahora Reynés sigue haciendo historia y no descarta lanzarse a por la general si las circunstancias de carrera y las piernas acompañan, y con ello acompañar abunyolí en el palmarés de la ronda mallorquina.

La jornada con salida en Cala Millor y llegada en Cala Bona (159,7 kilómetros) será difícil de olvidar para Reynés, aunque por fases, parecía complicado que los velocistas dispusieran de su oportunidad. Nada más salir, el susto lo dio Benoit Joachim (Astaná), que sufría una caída, sin consecuencias, en la misma salida. El viento hacía dudar a muchos y el gran grupo optó por no forzar, más cuando venía de cara. El ritmo era pausado y la tertulia entre los ciclistas animaba una mañana de tránsito hacia la fase decisiva de la Challenge. Miquel Alzamora fue de los primeros en tentar a la fortuna. Lo hizo en Artà, cómo no, brindando así un homenaje a sus vecinos y más sinceros admiradores. El campeón mundial de americana (Perth'97) rodó en solitario apenas dos kilómetros y fueron tres compañeros los que recogieron el testigo depistard.

Kai Reus (Rabobank), Jesús Tendero (Viña Magna) e Iban Mayoz (Euskaltel-Euskadi) iniciaron su fuga en el kilómetros 22 y pedalada a pedalada fueron aprovechando la relajación del pelotón para hacer más voluminosa su renta. Mayoz cruzaba en primera posición la Meta Volante de Sant Llorenç y la renta crecía vertiginosamente. Tanto, que en el kilómetro 37, ya era de 7:40 y en el 51 ascendía a 15:34, una máxima que iba a ir decreciendo a medida que la meta se acercaba. Mayoz volvía a ser el más veloz en la Meta Volante de Llucmajor, pero el que tenía una sorpresa reservada era el holandés del Rabobank. Kai Reus, campeón holandés sub'23 se distanció de sus compañeros de aventura y, aunque las ventajas fueron mínimas, el que está llamado a ser uno de los mejores fondistas neerlandeses las supo mantener ante el empuje de Mayoz y Tendero.