TW
0

Miquel Alzamora
El Mallorca busca el gol y ayer el equipo invirtió gran parte del trabajo en Son Bibiloni perfeccionando los tiros a puerta. Los partidos son un reflejo de los entrenamientos y también en ensayos como el de ayer, el equipo exhibe una preocupante falta de puntería. Centros desde derecha y izquierda y remates al borde del área. Sesión especial para «fusilar» a los porteros y mejorar la estadística de cara a la meta rival. El gol es, hoy por hoy, una obsesión en el equipo, e incluso los propios futbolistas se ponen nota en entrenamientos específicos como el de ayer. Víctor no escurrió el bulto, «Por mi parte no ha sido el día de más aciertos, seguro que esto cambiará durante la semana», comentó el de Algaida. Los delanteros están preocupados, se nota y se percibe en el ambiente. Son los presuntos implicados en una crisis de resultados que ha llevado al equipo a situarse a un punto del descenso de categoría. No es una crisis de esas profundas, el equipo tiene ambición, simplemente no salen las cosas. Manzano anda buscando soluciones, pero aventurar qué plan aplicará ante el Villarreal es todavía poco prudente. Vuelve Ibagaza, tiene a Jankovic en plan máximo goleador y sólo resta saber si continuará Maxi o dará opciones a la dupla Víctor-Tristán. Parece que ocurrirá algo, da esa sensación, pero ni los propios jugadores saben qué puede ocurrir. «Estoy como vosotros -dijo Víctor- no lo sé. Ojalá juguemos con dos delanteros porque así tendré más posibilidades de entrar», dijo el punta mallorquín.

El equipo paga en exceso la falta de regularidad en el juego y en los resultados y tomar una velocidad de crucero es imprescindible en esta fase del campeonato. Los delanteros están en el punto de mira, pero el gol, como dijo Víctor y también Ballesteros es una cuestión de todo el equipo, casi una cuestión de estado. «No hay que obsesionarse por la falta de gol, pero si preocuparse. Además no sólo es cuestión de los futbolistas que juegan arriba, es cuestión de todo el equipo y todos tenemos que estar implicados en esta tarea. Es una función más, como la función defensiva, como la función de posicionamiento en el campo y en este caso el gol. Estamos implicados, falta esa resolución final, esa pausa en el último momento, eso que quizás el Espanyol tuvo en su momento», comentó el defensa valenciano. El gran perjuicio del equipo, además de la ausencia de gol, está en la dificultad añadida que supone tener que superar un marcador adverso. Desde el pasado 5 de noviembre, concretamente desde el partido Mallorca-Atlético que se saldó con empate a cero el grupo balear siempre ha recibido como mínimo un gol, un lastre excesivo para un equipo con dificultades para batir la meta rival. «Este hecho nos obliga siempre a marcar dos como mínimo para ganar y ya que no estamos en un gran momento goleador, esto es un problema. El equipo sale con una mentalidad defensiva muy fuerte para intentar no encajar gol, pero está claro que los equipos juegan, tienen calidad y virtudes que explotan que, por muy buen trabajo defensivo que hagas, es muy difícil detenerlos. Pienso que se hace un trabajo defensivo aceptable, pero se debe mejorar», subrayó el defensa del Real Mallorca.

Con los síntomas claros y los problemas perfectamente localizados, el Mallorca afronta un calendario inmediato plagado de partidos ante equipos implicados en la lucha desaforada por abandonar el vagón de cola. Al Villarreal el próximo domingo hay que añadirle de forma consecutiva la visita del Levante, el viaje a San Sebastián para seguir aquí contra el Betis. Un calendario donde los puntos valen casi el doble por tratarse de rivales implicados en la lucha por eludir el descenso. «Espero que en estos próximos cuatro partidos que tenemos el equipo saque la cabeza y abandone los puestos peligrosos. No se decidirá nada, pero hay que intentar no sufrir tanto sabiendo que en la recta final de la Liga tenemos partidos peligrosos y es importante afrontarla con los deberes hechos», manifestó el central.