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Si hubiera elegido el fútbol, el rostro que aparece en la imagen no pasaría desapercibido para nadie. Blanca Gil, conocida en Italia como «Tsunami Gil», se ha convertido en la jugadora de waterpolo mejor pagada del mundo. A sus 23 años ha alcanzado la cima. Máxima goleadora y mejor jugadora de Europa el curso pasado, ha situado a su nuevo equipo -la Roma- con posibilidades de ganarlo todo esta temporada. Acaba de hacer un paréntesis en la competición transalpina y continental para tratar de ganar una medalla en el Campeonato del Mundo de Australia defendiendo los colores de España, aunque puede ser la última ya que la Federación Italiana está apostando muy fuerte para nacionalizarla. En Mallorca el waterpolo femenino sobrevive a duras penas, pero de la Isla ha surgido la que probablemente ya sea la mejor jugadora del mundo. Con 16 años, Blanca Gil hizo las maletas y se instaló en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona. Se formó con la selección española júnior, y destacó desde el principio.

Llevó a ese equipo a colgarse la medalla de bronce en el Mundial júnior de hace tres años, donde fue elegida como la mejor jugadora del torneo, y entendió que su carrera pasaba por trasladarse a Italia. Allí ha crecido y se ha erigido en la máxima figura de este deporte. El Mediterraneo fue su primer equipo en Italia, pero fue el pasado curso con el Geymonad Orizzonte de Sicilia donde tocó el techo. Blanca Gil lideró a su equipo hasta alzarse con el título de campeón de Europa y la mallorquina fue la máxima goleadora y la mejor del torneo. Su campaña no pasó desapercibida y los mejores equipos se la rifaron. Blanca Gil eligió Roma y allí sigue firmando actuaciones sobresalientes. El club la convirtió en la jugadora mejor pagada del mundo y ella ha clasificado a su equipo para el play off por el título de la Liga Italiana y disputará la Final Four de la Copa de Europa (frente a un equipo hungaro, un equipo griego y un equipo holandés), que probablemente se celebrará en el club transalpino.

Blanca Gil vive sus mejores momentos en Roma. Acostumbrada a no recibir ayudas de las instituciones españolas, la deportista mallorquina se siente valorada por su club y querida por la afición romana. Está encantada en la ciudad eterna y la Federación Italiana está apostando muy fuerte para convertirla en el pilar de su selección. Es curioso que la mejor jugadora española de waterpolo haya conocido antes al presidente de la Federación Italiana de natación (el waterpolo depende de esta federación) que al presidente de la Española y estos detalles están desencantando a la mallorquina.