Los jugadores y el cuerpo técnico del Mallorca mostraron ayer públicamente su apoyo a la labor que realiza la Fundación Campaner para erradicar el noma.
El Mallorca tiene esta noche otra cita con la salvación. El equipo de Manzano, que vuelve a estar anclado ante un cruce de caminos, completará frente al Betis su particular trilogía de la permanencia y abrochará un mes de marzo frenético y ajetreado. El cuadro balear aspira a hilvanar su cuarta victoria consecutiva como local, aunque confía sobre todo en escapar de la zona más conflictiva de la clasificación a costa de uno de sus peores compañeros de viaje. Los verdiblancos por su parte, llegan a Palma embalados y con ganas de seguir dándole lustre a una tarjeta de presentación que ha adquirido un tamaño considerable tras la llegada a su banquillo de Luis Fernández (ONO Estadi, PPV, 20.00 horas). No será un partido más. El Mallorca se estrelló incomprensiblemente en su visita a Anoeta y el flotador que le mantenía alejado de las cloacas ha vuelto a desinflarse. Las dudas, que habían desaparecido después de la exhibición ante el Levante, se han incrustado de lleno en el entorno y le han dado un aspecto aún más dramático a la angustiosa pelea por la supervivencia. En este caso, el conjunto insular espera seguir rentabilizando su condición de local para mantenerse a flote. Los rojillos han cerrado a cal y canto las puertas del ONO Estadi y en lo que va de año sólo Athletic y Real Madrid han logrado llevarse algo positivo en su equipaje, y de eso hace ya casi dos meses. Los rojillos cuentan sus últimas actuaciones en casa por victorias y han hecho del recinto del Camí del Reis su mejor lanzadera. Si ése argumento falla, la carga de problemas aumentaría y la luz de alarma seguiría encendida hasta final de temporada.
El partido, como casi todos los que protagoniza ultimamente la escuadra mallorquinista, arrancará cargado de interrogantes y sin un favorito claro. Aunque el Mallorca ha aprendido a controlar muy bien los encuentros en su base de operaciones, el Betis luce la etiqueta que le distingue como el mejor equipo de la segunda vuelta y se ha olvidado por completo de la sensación de derrota. Los verdiblancos llevan ocho jornadas invictos -no pierden desde el pasado 14 de enero, 5-1 ante el Osasuna- y sólo han caído una vez en los últimos trece episodios de la competición, por lo que está previsto que planteen mucha más resistencia de la que opuso el Levante hace dos semanas. El nuevo espíritu que ha implantado Luis Fernández en la caseta andaluza le ha reportado unos dividendos enormes al conjunto del Ruiz de Lopera, que ha pasado de estar recluido en el fondo de la tabla a situarse dos puntos por encima del cuadro mallorquinista.
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