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Es uno de los mejores duelos que se puede presenciar en el circuito ATP, y un enfrentamiento que no se ha producido en más de dos años. Rafael Nadal y Andy Roddick se miden hoy por un pase para la final del TMS de Indian Wells, primer Masters Series de la temporada. El tenista mallorquín y el estadounidense se han enfrentado hasta el momento en dos ocasiones (1-1), pero ambas datan de 2004. Es un choque diferente y prácticamente idéntico. La garra contra la potencia por un billete para la segunda gran final de la temporada. El físico está respetando a Rafael Nadal y el tenista mallorquín está demostrando que sigue siendo el de siempre. Sin ceder ni un solo set, el jugador balear se ha colado en las semifinales exhibiendo un gran juego. Arnaud Clement, Fernando Verdasco, Juan Carlos Ferrero y Juan Ignacio Chela han sufrido hasta ahora el tenis del «Extraterrestre». Andy Roddick, probablemente el rival más difícil de los que quedan en el cuadro, se cruza ahora en el camino de Nadal.

Rafael Nadal y Andy Roddick son jugadores diametralmente opuestos. El tenista mallorquín cuenta con un gran juego desde el fondo de la pista, busca continuamente los intercambios y le gusta que el partido tenga ritmo. El estadounidense basa gran parte de su tenis en el servicio. Es el jugador que más fuerte saca del circuito y lo utiliza para cerrar los puntos lo antes posible. Sufre en el peloteo y no duda en subir a la red cuando tiene una oportunidad. Pese a que el partido se disputa en pista rápida y en Estados Unidos -dos factores que favorecen claramente a Roddick- las quinielas están al cincuenta por ciento. Nadal presumiblemente sufrirá en el resto, pero no pasará por demasiados apuros con el saque, por lo que el partido se decidirá en pequeños detalles, en un puñado de puntos.

Los precedentes son poco representativos para el Nadal-Roddick de hoy. Los dos partidos que han jugado hasta el momento datan de 2004 y en condiciones muy diferentes a las actuales. El primer enfrentamiento se produjo en la segunda ronda del US Open de aquel año, con un Nadal todavía en construcción y con un Roddick disfrutando uno de sus mejores momentos. El choque apenas tuvo historia y el servicio del estadounidense aplastó (6-0, 6-3 y 6-4) al mallorquín. Para cuando llegó la final de la Davis de 2004, Nadal ya apuntaba -en 2005 ganó once títulos- y el hecho de jugar sobre tierra batida permitió al mallorquín firmar un triunfo muy importante (6-7, 6-2, 7-6 y 6-2). El de hoy es un partido muy distinto. La balanza está al cincuenta por ciento.