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Miquel Alzamora
A las 17.30 horas del 29 de marzo de 2007 el Palma Arena se abrió al mundo. Justo en ese momento daba inicio la ceremonia inaugural del Campeonato del Mundo de Ciclismo en Pista. Era un día histórico, aunque no era la mejor hora. El aforo presentaba menos de media entrada, aunque ninguna autoridad faltó a la cita con la historia. El primer minuto fue para recordar la figura de Isaac Gálvez, fallecido durante la disputa de los Seis Días de Gante el pasado 25 de noviembre. Él es el gran ausente en Palma.

La otra dosis de emoción llegó con la vuelta de honor que dio Guillem Timoner, seis veces campeón del mundo en la modalidad de mediofondo. El público asistente le obsequió con una cerrada ovación. Antes de la Fura, apareció la siempre atractiva Victoria Maldi para interpretar la canción compuesta por Joan Bibiloni, «Quan es fa la nit». Su voz dio paso al espectáculo diseñado por la compañía teatral La Fura dels Baus. Fue una representación marca de la casa que alternó momentos álgidos con otros de cierto tedio, aunque en general la ceremonia fue aceptable y acorde con la filosofía del evento y con el marco en el que se desarrollaba.

Arrancó con una recreación de la formación de la tierra, dio importancia al carácter mediterráneo de la sede y dedicó su particular homenaje al deporte del ciclismo. 96 actores salieron de una gran esfera que simbolizaba la tierra y que marcó, a través de efectos visuales, las diferentes etapas de la creación: el fuego, el mar y la vegetación, hasta pasar a las ciudades y las industrias que se agolpan en nuestro entorno actual.