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Miquel Alzamora
No hubo sobresaltos en la primera jornada del Palma Arena. Los nervios del estreno se notaron sólo de puertas hacia adentro, ya que de cara al exterior la normalidad marcó el primer día de competición. Lo peor fue la elevada temperatura. Los ciclistas pidieron a la organización que el ambiente interior del Palma Arena se situara en torno a los 25 grados, lo que creo una situación por momentos asfixiante.

Dentro del recinto es verano y si la temperatura exterior no aumenta, los ciclistas insistirán en los 25 grados por lo que la mejor indumentaria para moverse por su interior es la ropa de verano. Los profesionales, cuando entran en el recinto con sus equipajes deportivos no quieren tener frío y de ahí su petición.

Quienes más pagaron esta medida fueron las autoridades que asistieron a la actuación que sirvió para marcar la línea de salida a este Mundial. Casi sin excepción no disfrutaron del todo de la ceremonia inaugural ya que quien más quien menos empezó a echar sudor por los poros y no fue suficiente con desabrocharse el nudo de la corbata.