Grande y Manzano dialogan durante un entrenamiento del equipo en Son Bibiloni. Foto: MONSERRAT

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Carlos Román / Miquel Alzamora
Óscar Trejo, Emilio Nsue, Dani González o Martí Crespí. El Mallorca ya cuenta con los cimientos necesarios para edificar un atractivo proyecto a largo plazo. La SAD balear ha reforzado su apuesta de futuro y mira hacia el horizonte con más optimismo que nunca. Y es que a falta sólo de un par de jornadas para dar por cerrado el asunto de la permanencia, el club quiere recuperar la receta que le llevó en su día al ático del fútbol español y reeditar una versión del equipo que parecía extinguida.

El triunfo ante el Getafe del pasado domingo ha abierto de nuevo la puerta de la esperanza en el ONO Estadi. Más allá del excelente resultado obtenido -el equipo ataba su quinta victoria seguida como local y se alejaba de la zona conflictiva de la clasificacón-, el grupo de Manzano asistió a la puesta en escena de uno de los jugadores con más proyección y le regaló a la afición un nuevo icono con el que ilusionarse. Óscar Guido Trejo (Santiago del Estero, 1998) que llegó a Palma de puntillas durante el último plazo de inscripción del mercado de invierno, reclamaba la atención de los focos mientras se preparaba en la banda para tomar la aternativa.

Ansioso por estrenar su hoja de servicios en el fútbol europeo, el delantero se dirigió rapidamente al banquillo tras recibir la llamada del técnico, quien le comunicó que pisaría la arena a falta de un minuto para la conclusión. El público, que ya se daba por satisfecho con el 1-0 que figuraba en ese momento en el marcador, acogió la noticia con revuelo y le homenajeó con una espectacular bienvenida, aunque casi nadie esperaba el desenlace que iba a producirse.