La segunda etapa de Toni Prats en el Mallorca ya tiene fecha de caducidad. El meta de Capdepera acaba contrato el próximo 30 de junio y no continuará en el equipo la temporada que viene. Egabellí dejará el ONO Estadi dos campañas después de su reingreso en el plantel balear y saldrá de la caseta de Gregorio Manzano por la puerta de atrás, sin gozar de la continuidad, ni de la confianza necesarias para alcanzar las expectativas que se había marcado tras salir del Betis.
El futuro de Toni Prats es a día de hoy toda una incógnita. El jugador, que el próximo mes de septiembre cumplirá 36 años de edad, ya recordó durante la primera parte del curso que si por él fuera «jugaría otros cinco años más» y no está dipuesto a colgar todavía los guantes. Su tarjeta de presentación resulta especialmente llamativa y al parecer, varios equipos estarían interesados en ofrecerle la posibilidad de prolongar su carrera en cualquier otro punto de la Liga. Sin embargo, nadie ha hecho públicos sus movimientos y su figura está rodeada de interrogantes. El cancerbero gabellí ha propiciado además que esa situación situación sea todavía más confusa, ya que ha optado por guardar silencio y se niega a comparecer en rueda de prensa para atender a los medios. El 30 de junio se resolverá el misterio, pero lo que está claro es que los caminos del Mallorca y el jugador está muy separados.
Prats inauguró la campaña luciendo los galones del vestuario, pero ha salido del equipo coincidiendo con la llegada de la segunda vuelta y sus posibilidades de volver al once en lo que resta de curso son remotas. Aún así, el futbolista fue uno de los más destacados del nacimiento del ejercicio y además de formar parte del esqueleto del grupo en los primeros compases de la Liga, acaparó muchísimos minutos de radio y televisión gracias a una racha de imbatibilidad con la que estuvo a punto de superar los registros firmados en su día por Leo Franco. Una vez archivada la novena jornada del torneo, el de Capdepera era el portero menos goleado por delante de Iker Casillas (R.Madrid) y dePato Abbondanzieri (Getafe), pero la mala racha de resultados acumulada el pasado mes de diciembre fue decisiva para que saliera del once y le dejara su puesto a Moyà. Su última participación activa fue ante el Villarreal (25 de febrero) y en total, esta temporada ha disputado 22 partidos que se unen a los 30 del curso pasado y al que jugó en la temporada 1991-92 para redondear su historial como bermellón en Primera. Sin embargo, su hoja de servicios es muy amplia y rotunda. Debutó un 3 de noviembre de 1991 en un encuentro ante el Athletic de Bilbao en el que tuvo que sustituir al expulsado Molondro y desde entonces ha jugado también en el Celta y en el Betis, donde alcanzó sus cotas más altas como futbolista de elite. En la acera verdiblanca de Sevilla lo consiguió casi todo. Debutó en las competiciones europeas (temporada 1997-98), añadió un título a su palmarés (2005) y marcó dos goles. También llegó a ser convocado por la selección española (1998-99) y aunque no llegó a debutar, vivió en primera persona uno de los capítulos más esperpénticos en la vida del combinado, ya que Clemente le llamó incluso para viajar a Chipre y jugar allí uno de los partidos de clasificación para la Eurocopa'00. Pese a disfrutar del fútbol en toda su extensión, una vez que concluyó su contrato con los verdiblancos emprendió el camino de vuelta. Llegó al Mallorca con la carta de libertad bajo el brazo y superó la barrera de los 300 partidos en Primera, pero su grado de implicación se ha ido reduciendo y el 30 de junio dará por finalizado su periplo como bermellón.
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