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Efe|PAMPLONA
El entrenador de Osasuna, José Angel 'Cuco' Ziganda, admitió ayer que quedarse a puertas de la final de la Copa de la UEFA fue un «disgusto tremendo», pero subrayó que «no hay tiempo para llorar» e indicó que el equipo debe sobreponerse a esta eliminación y las lesiones para asegurar la permanencia.

«Acabamos todos muy tocados, pero no tenemos tiempo para llorar y lamentarnos. Mañana tenemos un partido muy importante y tenemos que ser capaces de ver al día siguiente como probablemente lo veremos de aquí a un año, diez o veinte años. Llegamos a semifinales y nos ganó un grandísimo equipo», afirmó en conferencia de prensa en Tajonar. En este sentido, añadió: «Ahora vemos que hemos perdido una oportunidad muy buena y algo grandiosos para el club, pero no hay tiempo para darle vueltas a lo que pudo ser y no fue. No ha sido y punto».

Ziganda comentó que es necesario «tener fuerzas para sobreponerse» a esta oportunidad histórica perdida, así como a las lesiones en cuatro días de Savo Milosevic, Ludovic Delporte, Pierre Webó y Enrique Corrales, bajas para hoy ante el Mallorca. «Hablar es fácil y complicado hacerlo, porque hay un rival que está fresco y en buen momento. Nos debemos sobreponer a todos estos impedimentos, pero lo importante es tener claro que el objetivo está ahí al lado y que lo que lo tenemos que conseguir», observó.