Carlos Moyà y Rafael Nadal intercambian saludos tras el partido de ayer. Foto: ANDREU DALMAU

TW
0

Rafael Nadal se adueñó de la fiesta del tenis mallorquín. El zurdo de Manacor doblegó ayer a Carlos Moyà (6-4, 6-3 y 6-0) en los cuartos de final de Roland Garros tras exhibir un gran nivel. El campeón de las dos últimas ediciones avanza con paso firme en París y ya espera en semifinales a Novak Djokovic, una de las nuevas sensaciones de la ATP. Probablemente por la cantidad de horas que han pasado juntos en una pista de tenis, Carlos Moyà consiguió mantener su primer servicio, algo que logran muy pocos jugadores cuando se enfrentan a Rafael Nadal (0-1). Pero el palmesano comenzó a tener problemas con su saque muy pronto, ya que el manacorí disfrutó de una pelota de break en el tercer juego, aunque Moyà logró solventar su primer problema gracias a su derecha (1-2). Tanto Nadal como Moyà estaban demasiado lejos de la línea de fondo y los puntos se alargaban. El zurdo de Manacor fue el primero en dar un golpe sobre la mesa. Ganó con autoridad su saque (2-2) y se colocó con ventajas al resto en el siguiente juego. El tenista de Ciutat tomó el mando en el punto y se fue para la red, pero terminó tragándose la volea de revés a bote pronto y cedió su servicio (3-2 y saque para Nadal).

Las fuerzas estaban equilibradas y Moyà encajó bien el golpe. Se contagió del espíritu Nadal y logró puntos de bellísima ejecución. Esos puntos le permitieron colocarse con pelota de break, y a la segunda oportunidad leyó bien el intento de dejada del manacorí y conectó una poderosa derecha ganadora (3-3). El partido estaba loco. Los puntos largos se mezclaban con los errores prematuros y en esa dinámica, Nadal sacó ventaja. Se colocó 15-40 y aunque tiró una contradejada a la red en la primera oportunidad, logró atraer a Moyà a la red en la segunda ocasión y provocar que el palmesano dejará la volea de derecha en su pista (4-3 y saque).

Desde ese momento la fiesta del tenis mallorquín entró en una dinámica más normal. Los dos ganaron sus saques con comodidad, hasta que Nadal se metió el primer set en el bolsillo (6-4). El juego había cambiado. Nadal cada vez estaba más cerca de la línea de fondo y desde esa posición sus tiros eran más profundos, más potentes y llevaban mucho más peso. Moyà comenzó a sufrir en el segundo set desde el juego inicial pero el palmesano se sacó una derecha increíble cuando parecía que se iba a tragar un resto del manacorí para salvar una pelota de break (0-1). La distancia entre los dos era cada vez mayor y Moyà además dejó escapar su oportunidad de tomar ventaja. Tuvo dos pelotas de break en el segundo juego y en ambas lanzó su resto de revés fuera (1-1). Fue un golpe anímico para el jugador de Ciutat, que en el tercer juego entregó su servicio con una doble falta (2-1 y saque para Nadal).