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Mónica Collado|VALENCIA
EEmirates Team New Zealand, tras sumar ayer su quinta victoria frente aLuna Rossa y barrer al equipo italiano por 5-0 en la final, se ha proclamado campeón de la Copa Louis Vuitton, lo que le convierte en el desafiante deAlinghi por la Copa del América. Ambos equipos protagonizaron una buena salida, con los italianos por delante. ELuna Rossa desperdició una ventaja inicial y se vio superado por un sólido y veloz equipo neozelandés, que dominó toda la regata ante un ITA-94 que perdió por 22 segundos en la meta. Con vientos flojos de entre 8 y 9 nudos y un breve aplazamiento por inestabilidad, se abrió la jornada, en la que eNew Zealand clavó en veinte segundos de ventaja el paso por cada baliza ante eLuna Rossa, que con el australiano James Spithill a la caña, volvió a superar a los de Dean Barker por apenas un segundo en una igualada salida en la que los italianos defendieron el lado derecho y los neozelandeses salieron por la izquierda.

Pese a salir por detrás, los kiwis pronto se escaparon por ese lado a unos treinta metros pero el barco italiano viró para buscar la derecha del campo de regatas y poco a poco arañó metros hasta neutralizar la breve ventaja que le sacaban los neozelandeses, que imitaron su maniobra, y ponerse unos metros por delante. Ambos barcos en paralelo iniciaron un largo bordo a derechas pero antes de que pudiera ser arrinconado fuera del límite del campo regatas, eLuna Rossa viró hacia el centro en busca deEmirates, que evitó el cruce e imitó la maniobra, lo que dio a los italianos una ligera ventaja en los primeros compases. Sin embargo, en la siguiente virada, el NZL-92 logró sacarlo fuera del límite, en una situación calcada a la vivida ayer y se puso por delante unos cincuenta metros, lo que suponía un mal presagio para los intereses del ITA-94, que montó la primera baliza veinte segundos por detrás de su rival.

ELuna Rossa había vuelto a caer en la misma trampa que ayer y parecía que el guión estaba ya escrito, con el NZL-92 que ampliaba su ventaja a cien metros en el inicio de la primera empopada (a favor del viento). Los italianos amagaron una trasluchada y los neozelandeses cayeron e hicieron la maniobra, lo que fue provechoso para el ITA-94 que pasó de una desventaja de cuatro esloras a una. Sin embargo, por pura velocidad, el equipo de Dean Barker reaccionó con solvencia a esta situación y pronto recuperó parte de la ventaja que había tenido y se colocó a unos cincuenta metros. Con velocidades similares, apenas a dos esloras de diferencia y con ambos barcos a punto de llegar a la segunda baliza, se podía pensar que eLuna Rossa seguía vivo en la regata y aún podría oponer algo de resistencia.