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Patricia Rodríguez|LONDRES
El tenista mallorquín Carlos Moyà salvó cuatro pelotas de partido antes de que la falta de luz obligara a suspender el partido de primera ronda de Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada, que le enfrentaba al británico Tim Henman, en el estreno del prestigioso torneo sobre hierba, en el que sólo David Ferrer, entre los españoles, pudo acceder a la segunda ronda. En una jornada marcada por la lluvia, que retrasó considerablemente el inicio de la misma, el partido entre Moyà y Henman centró la atención porque los dos tenistas protagonizaron un bonito duelo cuya resolución se conoce hoy.

Moyà no jugaba en Wimbledon desde 2004, año en el que logró su mejor resultado (octavos), y lo acusó al principio. Henman dio primero (6-3), pero el británico, de 32 años, acumula tiempo sin ganar y entregó el segundo y el tercero set. El balear cimentó los triunfos parciales en su excelente servicio y su golpeo de derecha.

Moyà rompió el saque de Henman en el tercer juego, pero no supo defender esa ventaja porque el británico igualó a cuatro y se apuntó su servicio para adelantarse por 5-4. Entonces el balear tembló con su saque y concedió hasta cuatro pelotas de partido, pero finalmente supo resolver para empatar (5-5), antes de que el partido se suspendiera.

En la misma texitura se encontraron otros españoles, como el caso de Juan Carlos Ferrero. El de Onteniente empataba a dos sets con el checo Jan Hadek antes de la suspensión. Ferrero además se había recuperado de la pérdida de las dos primeras mangas por 7-6 y 6-4, con sendos triunfos en el tercero y cuarto por 6-3 y 6-2.