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M.A.
El Real Mallorca sigue pendiente de los descartes del Real Madrid, aunque dos de los casos que más interesan, el de Roberto Soldado y el de Àlvaro Negredo, no son fáciles de resolver. Otra situación diferente es la de Àlvaro Mejía cuya salida del Madrid es un hecho, aunque cabe resolver el montante económico por el cual va a salir del equipo blanco. El club de Chamartín está anclado en los tres millones de euros, cifra a la que no está dispuesta a llegar el equipo balear, que ya tiene el OK del futbolista.

Ante esta situación, el Mallorca se limita a dejar pasar el tiempo y forzar al club blanco a rebajar la cantidad solicitada por el futbolista. Mientras que el caso del defensa está estancado, el club balear sigue pendiente de los movimientos que realiza Bernd Schuster en relación a Negredo y Soldado. Este último está a punto de renovar su contrato para las próximas cinco temporadas, aunque no está decidida su continuidad en el primer equipo. Schuster no quiere deshacerse de él, pero el propio jugador es consciente que apenas dispondrá de minutos y que lo mejor será afrontar una salida y el Mallorca se presenta como una solución muy apetecible. Prácticamente es el mismo caso que el goleador del Castilla, Àlvaro Negredo, por el que pujan Almería, Osasuna y Deportivo. La competencia es elevada y también en este caso no es una situación fácil de resolver. Finalmente en el caso de Pierre Webó, y pese al acuerdo inicial al que han llegado jugador y Real Mallorca, la intromisión del Almería dificulta que se pueda a día de hoy firmar el contrato propuesto por la entidad que preside Vicenç Grande.

Estas gestiones iniciadas por el Real Mallorca no son las únicas que ha puesto en marcha el director deportivo, Nando Pons, que continúa en negociaciones con un elevado número de agentes y también de clubes para intentar avanzar en diferente operaciones. Descartado Natalio del Castellón que tomó la decisión de irse al Almería, el círculo va cerrándose poco a poco, aunque en las oficinas del ONO Estadi todavía no se deja notar la preocupación. Sin embargo, en menos de una semana el equipo vuelve al trabajo y se marcha a Kössen.