Vinokourov, herido en su orgullo y sin opciones al podio, salió dispuesto a apuntarse su quinto triunfo en el Tour, se alistó en una escapada numerosa y remató en solitario tras atacar en el último puerto, el Peyresourde, donde ya se marchó imparable hasta la meta, donde se presentó con 51 segundos de ventaja sobre el luxemburgués Kim Kirchen y Haimar Zubeldia.
Alberto Contador no pudo eliminar a Rasmussen a pesar de que el madrileño lanzó hasta cinco ataques al danés, pero no hubo manera de plantar al «pollo», agarrado con pegamento al maillot amarillo.
El ya líder del Discovery y Rasmussen cruzaron la meta juntos, a 5.31 de «Vino» y metieron 56 valiosos segundos en la cuenta del australiano Cadel Evans y del alemán Andreas Kloden, quienes volvieron a ceder ante el huracán madrileño, valiente hasta límites suicidas. Ya se encuentran en la general tercero y quinto, respectivamente, a 4 minutos y 5.34. Intercalado en la cuarta plaza está el estadounidense Levi Leipheimer, a 5.25.
La etapa de los 6 puertos, previa a la jornada de descanso, dejó claro que el Tour irá a parar al palmarés de un escalador. Contador y Rasmussen quedaron citados en duelo para la etapa reina del Aubisque y la contrarreloj de Angulema.
La etapa comenzó camino del Col de Port (2a) con muchos nombres ilustres en la modesta labor de meterse en una escapada consentida. Quien se lo diría hace apenas una semana a Vinokourov, Menchov, Valverde, Pereiro y compañía. Vinokourov se incrustó en la expedición que partió a conquistar puertos míticos en el km 47.
En buena armonía se presentó el Port de Balés (categoría especial, km 159), dificultad inédita de dureza comparable en algunos tramos al Tourmalet. Landaluze redujo el grupo a 5 unidades, pero Vinokourov rompió el grupo en el Peyresourde (1a, Km 184). Hizo un descenso marca de la casa y alzó los brazos para celebrar su segunda etapa de la presente edición.
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