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Fernando Fernández El automovilismo balear puede tener en breve a un nuevo referente a nivel estatal si no se tuercen las cosas. Superando a duros rivales, e incluso reclamaciones sobre su vehículo, Pedro Roca se ha ganado un hueco entre los mejores del Campeonato de España de montaña, dentro de la clase CM, de la que se ha convertido en dominador absoluto a lo largo de la temporada 2007, en la que se ha destapado como la sensación del evento y la revelación indiscutible. Tanta ha sido la repercusión de sus éxitos que le han llevado a cambiar su Bango por un Silver Car, teniendo a un fabricante a su disposición para plantar cara a equipos y pilotos con mayor experiencia en competiciones nacionales.

La XXXII Subida del Mármol, celebrada este fin de semana en la localidad almeriense de Macael, ha servido para rubricar el brillante curso de Roca, adscrito a la histórica Escudería Drach. El balear se impuso con holgura en las dos subidas cronometradas y puntuables para la manga del nacional, aunque en los entrenamientos vio como tanto José Antonio Román como Gorka Apalantza marcaban buenos cronos sobre el trazado.

Pero en los tramos oficiales, Roca no dejó lugar para las dudas. En la Subida A, el mallorquín firmaba un crono de 2:34.836, a una media de 102 kilómetros por hora. Román era el único que podía seguirle de cerca, con un registro de 2:36.181, mientras que Apalantza caía al tercer puesto a apenas dos décimas del andaluz (2:36.346).

En la Subida B, la que iba a realizar la criba definitiva, Pedro Roca daba un nuevo recital para liderar la categoría CM. Su tiempo de 2:35.162, peor que el del sábado, servía de igual manera para estar en lo más alto y sumar unos puntos que le permiten tener a tiro la posibilidad de proclamarse vencedor de la Copa de España de CM. Román, con 2:35.985, y Apalantza, con un tiempo de 2:36.444, veían de nuevo como el piloto de la Escudería Drach subía a lo más alto del podio ante el asombro de los seguidores almerienses.

Con ello, Balears logra posicionar a uno de sus automovilistas entre los más brillantes del país, recuperando buena parte del terreno perdido. Y lo hace con los medios justos y superando el hándicap de la insularidad, que supone un problema añadido para Roca y su equipo, aunque Pedro ha sabido manejarse.