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Fernando Fernández A Wladimir Gottfried no le hizo ninguna gracia colgarse la medalla de plata en la Copa de Europa. El alemán quiso hacer valer sus galones de campeón del mundo e imponer la credibilidad del maillot arco iris en el Trofeo Palmanova-Magaluf, segunda prueba de la Semana Internacional de Másters. El pelotón de las categorías 50 y 60 fue el primero en tomar la salida pasadas las nueve de la mañana. Por delante, 43'6 kilómetros y dos cotas de montaña (Coll dels Tords y Galilea) en las que parecía que la carrera se iba a romper por pedazos. El control a los favoritos fue una constante, pero el pelotón ya se disgregó camino de Calvià. Y en el grupo de cabeza, los aspirantes no bajaron la guardia. Gottfried, Ribbers. Gasper y compañía buscaban dar un golpe de efecto, pero la cosa no se resolvió hasta la misma línea de meta. En ella, la mayor potencia de pedalada de Gottfried marcó las diferencias sobre la misma línea de meta, en la que superó al español José Luis Blanco para acumular su quinta victoria consecutiva en territorio calvianer.

En la clasificación de Másters 60, otro corredor nacional, José Luis López, subió a lo más alto del podio haciendo valer su 18º lugar en la carrera, en la que Antoni Mascaró logró pelearse con los mejores hasta plantarse a siete segundos de Gottfried, quien presenta de manera formal su candidatura a reeditar triunfo en la general de la Semana.

La segunda prueba de la jornada, la reserva a Másters 30, 40 y Ciclodeportistas, dobló el recorrido, con 77'1 kilómetros de trazado y cuatro ascensiones (dos veces al Coll dels Tords y dos a Galilea). Aquí sí que no faltó nadie y enseguida se imprimió una cadencia elevada al ritmo de carrera, que resultó frenético para algunos nada más empinarse la carretera.

Dos fueron los primeros en animar la mañana. Félix Valcárcel y Pascual Cremades se desmarcaron del resto y consiguieron tras varios kilómetros abrir un hueco considerable sobre un grupo de cinco unidades en el que brillaba con luz propia el mallorquín Miquel Joan Adrover, que tras ser subcampeón de la Copa de Europa no iba a dejar escapar la posibilidad de seguir escalando posiciones en su meta de conseguir la victoria final. Adrover fue quien tiró con más ganas del grupeto, que tenía cerca al pelotón principal, pero hizo todo lo posible para evitar ser neutralizado durante la prueba.