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Miguel Luengo|MADRID
Rafael Nadal necesitaba un partido para ponerse a punto y ante un rival tan complicado e inteligente como el británico Andy Murray lo consiguió para colocarse en los cuartos de final del Mutua Madrileña Masters de Madrid.

Con una victoria por 7-6 (5) y 6-4 en dos horas y 16 minutos de intensa lucha, el tricampeón de Roland Garros adquirió gran parte del juego que necesita para afianzarse de nuevo en la pista y dominar a sus rivales. Murray, a quien el propio Nadal ha designado como uno de los jugadores más prometedores en el futuro y a quien una lesión en la muñeca durante el torneo de Hamburgo desbarató su temporada, cumplió con este papel de sacar lo mejor del mallorquín, y el campeón del 2005 logró su objetivo.

Ahora se enfrentará con el argentino David Nalbandian, que resolvió su duelo contra su compatriota Juan Martín del Potro, por 6-2 y 6-4. Será el primer enfrentamiento entre ambos jugadores, amigos, compañeros de «play station», y que comparten el mismo agente, Carlos Costa.

A tirones, pero haciendo un gran juego en los momentos importantes, y salvando los de crisis con su habitual garra, Nadal sacó adelante un partido complicadísimo para lograr la segunda victoria sobre Murray, ambas este año.

Si la de octavos de final del Abierto de Australia fue épica (6-7, 6-4, 4-6, 6-3 y 6-1), la de Madrid no fue menos. El español decidió la contienda en dos momentos decisivos, en el desempate del primer set donde impuso su mayor concentración, y en el octavo juego del segundo. Pero sobre todo en este último parcial, cuando remontó un 4-2 adverso para ganar cuatro consecutivos y hacerse con la victoria, con un revés paralelo que destrozó al escocés.

«Me he sentido un poco ahogado pero es normal porque llevo mes y medio sin competir. Yo me quedé ahogado pero él también», destacó Nadal.