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Efe |SAO PAULO
El español Fernando Alonso puso punto final a su año más negro desde que llegó a la Fórmula Uno, y lo hizo sin poder sumar su tercer título consecutivo, lo que constituía otro record para su palmarés. Quizá en la salida de la primera prueba de la temporada, el Gran Premio de Australia, pudo tener la percepción de lo que le esperaba, cuando el debutante Hamilton le pasaba de forma espectacular al llegar a la primera curva, ante el delirio del equipo.

Alonso tuvo su primer golpe de infortunio en el tercer gran premio de la temporada, en el que sólo pudo ser quinto tras una carrera en la que su coche siempre estuvo en inferioridad de condiciones mecánicas.

Además, durante la noche anterior al gran premio, un plafón de conexiones eléctricas en el «box» cayó sobre su coche y le causó algunos daños que según el equipo nada tuvieron que ver en el rendimiento del monoplaza de Alonso.

Las tensiones en el equipo McLaren comenzaron a desatarse en el Gran Premio de Mónaco, en el que Alonso y Hamilton coparon los dos primeros puestos. En el Principado el piloto inglés se quejó ante la prensa de su país por considerarse, injustamente a su juicio, el segundo piloto del equipo.

Pese a la exhibición de Alonso, autor de la «pole», el triunfo, y la vuelta rápida, Hamilton declaró abiertamente que el equipo le impidió ganar la carrera por no dejarle presionar más en la pista a Alonso. «El equipo favoreció a Alonso. Yo llevo el número 2 en mi monoplaza», dijo el inglés.

McLaren argumentó que nunca fue así sino que se decantó por una estrategia de carrera que no pusiese en peligro el doblete de sus pilotos. Por ello pidieron a ambos reducir el régimen de revoluciones de los motores. Las quejas de Hamilton motivaron la apertura de una investigación por parte de la Federación Internacional, cuyo reglamento prohíbe tajantemente las órdenes de equipo. McLaren Mercedes fue exonerada, pero la herida ya estaba abierta.

En Canadá Alonso volvió a protagonizar un nuevo episodio de infortunio. El español tuvo a su disposición un coche muy limitado y siempre fue perjudicado por las salidas del coche de seguridad a la pista e incluso ser penalizado por entrar a la calle de garajes justo cuando salió por primera vez y no tenía mas remedio que parar a repostar, algo que está prohibido desde esta temporada. En el Gran Premio de Francia la mala fortuna volvió a cebarse con el español. Alonso tuvo que tomar la salida desde el décimo puesto de la parrilla tras una avería en la caja de cambios de su MP4/22 durante la sesión de clasificación. En la carrera sólo pudo remontar hasta la séptima plaza tras una estrategia de repostajes que le hacía perder en los garajes lo que con mucho esfuerzo ganaba en la pista.

Tras darse el gusto de superar a Hamilton en Gran Bretaña y declarar que su compañero es un 'clon', Alonso se impuso espectacularmente en el Gran Premio de Europa, en una carrera marcada por la lluvia y en la que Hamilton puso fin a una racha de nueve podios consecutivos. El británico llegó a estar fuera de carrera, al salirse de la pista, pero una grúa lo devolvió al asfalto. Pese a todo, Hamilton no pudo puntuar.

La guerra en el equipo McLaren estalló de manera irremediable en el Gran Premio de Hungría. Alonso logró la pole, pero los comisarios le privaron de ella tras aceptar las insistente quejas de Hamilton, que desoyó las órdenes de su jefe, Ron Dennis, quien le hizo mantenerse detrás de Alonso en la zona de cambio de ruedas para que éste dispusiese de la vuelta extra que le correspondía en esa carrera.

Alonso fue el mejor en la sesión de clasificación pese a que su equipo montó en su bólido un juego de neumáticos usados, algo que sorprendió al piloto asturiano. No pudo salir primero después de aplicarle una sanción que nadie entendió.

Tras este episodio Alonso logró una serie de buenos resultados en los grandes premios de Turquía, Italia y Bélgica que le permitieron acercarse al aún líder del Mundial, Lewis Hamilton.

En el circuito de Spa se resolvió el caso de supuesto espionaje de McLaren a Ferrari, uno de los episodios más negros, por no decir el más, de toda la historia de este deporte. El equipo que dirige Ron Denis fue multado con 100 millones de dólares y su exclusión de campeonato de Constructores que hasta ese momento lideraba con autoridad.

Dennis, durante su comparecencia en la sede de la FIA, reveló que desde el Gran Premio de Hungría su relación con Alonso quedó congelada. El inglés llegó a decir que Alonso le amenazó con revelar a la federación una serie de correos electrónicos que podían poner en aprietos al equipo.

Alonso perdió buena parte de sus opciones de ganar el campeonato tras sufrir un aparatoso accidente en el Gran Premio de Japón, marcado por la lluvia. Posteriormente Hamilton fue investigado, y exculpado, tras las maniobras que realizó detrás del coche de seguridad.

El español recuperó de golpe todas sus opciones en China. En Shangai Hamilton protagonizó su primer abandono de la temporada, al salirse del trazado cuando enfilaba la calle de garajes para sustituir sus destrozados neumáticos, y llenó de nuevo de esperanzas a Alonso, que llegó a la cita decisiva con cuatro puntos de desventaja.

Pero en la carrera final el título fue a parar a Kimi Raikkonen tras una carrera ganada por el finlandés, en la que el español fue tercero y en la que Hamilton vivió su gran desastre.