La intranquilidad se ha instalado en las entrañas del club, cuyas urgentes soluciones no tardarán en llevarse a cabo, según aseguró el propio José Luis Sintes tras la debacle presenciada, cuarta en lo que va de temporada.
No obstante, no era la Penya, fortísimo líder de la ACB, el rival idóneo para tratar de atajar la sangría padecida en este descorazonador inicio de curso.
Los de Badalona salieron enchufadísimos, aunque supo sobreponerse el grupo de Casas al contundente comienzo verdinegro (7-17, con el menudo y eléctrico Mallet ejecutando desde el perímetro), con un parcial de 7-0 que les permitió cerrar el primer acto sólo cuatro abajo (20-24). La momentánea remontada tuvo continuidad en el inicio del segundo cuarto (26-26 tras triples de Tusek e Ivanov). Sin embargo, Mallet continuaba haciendo de las suyas (5 de 6 desde 6'25 antes del intermedio), y la línea exterior defensiva local padecía lo indecible para frenar la avalancha de triples del base norteamericano.
Un breve intercambio de canastas antes de encarar los vestuarios evitó que la distancia badalonesa se convirtiera en sideral (37-48, descanso). Hasta 36 puntos sumaba ya la tripleta exterior verdinegra (Mallet, Ribas, Rubio). Malos augurios para la segunda mitad, la cual volvió a abrir el Joventut en plan arrollador (37-52). Laviña secaba a Stojic, Bazdaric y Marinovic estaban «missing», Jesús Fernández en su línea... y Ricard Casas buscaba y conseguía que le señalasen una técnica, por aquello de variar el criterio y la dinámica de los jueces, lográndolo parcialmente (43-53), entrando el partido en una pequeña fase de desconcierto.
El juego subterráneo bajo ambos tableros echaba chispas, y el checo Barton pescaba en río revuelto (triple para el 43-56), hallando su acierto continuidad en el niño de oro de la Penya, Rubio (dos aciertos desde más allá de 6'25 para el 43-62 que finiquitaba el choque).
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